¿Te imaginas producir cada vez con menos recursos? ¿La cinta transportada sin paradas, con un flujo constante, calidad perfecta y cantidad exacta? Son Carlos Viaña y Joan Casanovas, propietarios de Leancat , una empresa ubicada en Igualada, capital de la Anoia, y que ofrece la posibilidad de transformar totalmente tu empresa. Leancat cuenta con un equipo formado y capaz y con experiencia contrastada para convertir la Catalunya Central, del sector que sea, en territorio lean.
¿Cómo nació Leancat?
Leancat nació como una idea de dar un servicio que aquí, en la Catalunya Central, no se ofrecía. Los dos estábamos trabajando en empresas como asalariados y empezamos a conocer la filosofía lean y cuando querías algo de esta metodología, tenías que ir a Barcelona. A partir de aquí es donde vimos que había un nicho en el mercado y que había empresas interesadas en este tipo de consultoría. Las empresas no tienen el recurso de destinar muchas horas de formación a sus trabajadores porque son pymes y muchas no conocen esta metodología ni saben cómo implantarlo. Nuestra figura por eso es más de implantador que no de formador. Nosotros no les damos la formación y dejamos que hagan, sino que los acompañamos dentro del taller, dentro del proyecto que estén haciendo...
¿Qué es la metodología lean?
Lean es una filosofía de trabajo y todo gira alrededor del cliente. Es decir, se basa en la eliminación constante de los derroches con el objetivo de entregar el máximo valor al cliente. ¿Cómo? Generando más valor continuamente con el mínimo de recursos. El objetivo de lean es producir siempre más, con cada vez menos: optimizando los recursos y ahorrando costes.
¿Cómo?
Las empresas se tienen que preguntar: ¿cuántos recursos necesitamos? Lo tienes que hacer todo bajo demanda, este es su concepto fuerte y básico. ¿Qué quiere el cliente? Pues a partir de aquí es cuando tienes que producir. Cada operación que se haga en la empresa, cada departamento -sea planta, oficina, logística...- se lo tiene que preguntar. Pero después, se tiene que ir más allá. ¿Esto el cliente lo valora? ¿Está dispuesto a pagarlo? Aparte de todas estas preguntas que nos tenemos que hacer y plantear muchas más, lean también nos manda trabajar de forma ordenada, estable y estandarizada, empezamos y acabamos operaciones. Que haya el máximo flujo posible y con un ritmo constante.
¿Y sólo se aplica en el ámbito industrial?
No. Hoy en día, esta metodología se aplica más allá de la producción, en actividades y organizaciones diversas como la logística, el sector farmacéutico, hospitalario, servicios, construcción, entre otras. En estos casos, lean ya tiene una nomenclatura específica: lean construction, lean office... Pero todas regidas por los mismos valores: el valor, el flujo. La mayoría de las empresas hacen o muchas piezas o muchas facturas.... Por ejemplo: tenemos 33 facturas pendientes para enviar. Las hacemos, las imprimimos, las ensobramos y las enviamos todas a la vez. ¿Por qué no en hacemos dos cada día? El cliente lo valorará porque lo recibirá antes y tú trabajas bajo demanda. Te llegan dos facturas, las generas y las envías. Y esto es extrapolable a todo: piezas, servicios...
¿Cómo por ejemplo?
Últimamente hemos hecho servicios para el hospital y ayuntamientos, farmacias, empresas... Otro ejemplo: estuvimos en una empresa que para dar su servicio al cliente tenía 16 semanas de media. Observamos que en trámites administrativos un pedido tardaba unas 10 semanas y después tenían que correr para satisfacer a los clientes. Estos trámites no generaban ningún valor para el cliente y la metodología lean nos dice: "las actividades que no generan valor, se tienen que eliminar o reducir". Así que aplicamos algunas herramientas lean y redujimos estos trámites de 10 a cuatro semanas. La empresa redujo el tiempo que ofrecía el servicio a 12 semanas y el personal que daba el servicio tenía dos semanas más, ocho semanas, que se traduce en un servicio de más calidad.
¿Y otra premisa importante?
Las personas. Las implantaciones que estamos haciendo se ve que el cambio es evidente porque las personas, los trabajadores, son el pilar principal. La gente ha pasado de trabajar con un estrés evidente, a trabajar de forma más relajada y pueden hacer más trabajo. Antes no llegaban y ahora, gracias a la implantación lean, les sobra tiempo y pueden y producen mucho más. La idea es que con el tiempo que se les sobra, les permita pensar, aportar ideas...
¿Las empresas son conscientes que les hace falta? ¿O son reticentes de que alguien de forma externa les organice su proceso productivo?
Hay que sí, que son conscientes. Mayoritariamente nos encontramos en dos casos, empresa madura o no madura. Las empresas cuando tienen un problema y saben que lo tienen, te vienen porque "tengo un problema o una oportunidad de mejora" es excelente porque nos facilita el trabajo. Y porque son conscientes de que pueden mejorar porque están en el mercado, y a pesar de hacerlo bien, pueden progresar. Pero el día a día se las come y no pueden verlo y nosotros, de forma imparcial y externa, lo detectamos y les ayudamos.
Lean es 4.0., ¿vamos hacia líneas de producción más personalizadas?
Está claro. Díme qué quieres y cuando, que te lo haré más rápido y a medida. ¿Por qué? Porque la metodología lean nos dice esto: adaptarte a tu demanda, escuchando tu cliente, haciendo cambios constantes en la línea de producción, no haciendo grandes querencias y un cambio que nos vaya bien, no. Esto último es un error. ¿El cliente quiere 10 botellas? Pues las 10 botellas que quiere el cliente. ¿Aunque hacer un cambio implique tres horas de espera? Sí, ya nos adaptaremos después a reducir y mejorar esto. Pero primero, a la hora de producir, centrémonos en que quiere el cliente. Aunque parezca incoherente o ilógico a nuestra percepción, los resultados hablarán por si sólo.