Creada en 2001 gracias a la iniciativa de una veintena de empresarios familiares de Lleida, la Asociación Empresa Familiar de Lleida reivindica su papel de generadora de ocupación en plena crisis económica por el confinamiento y las restricciones a la actividad para contener la pandemia del coronavirus. En el caso de Lleida, su presidente, Marc Cerón, alerta que las medidas del plan de choque del Gobierno del Estado ignoran la realidad del 90% del tejido productivo de la demarcación.
¿Qué medidas piden las empresas familiares para afrontar el futuro con la crisis del coronavirus?
Nos preocupa el confinamiento y el cierre de los negocios y de la actividad porque sabemos que se extenderá como mínimo hasta Semana Santa. Sus secuelas sobre la economía serán enormes. Por este motivo, reclaman una serie de acciones coherentes con las empresas familiares, puesto que durante este periodo tenemos que satisfacer nóminas y pagar los impuestos y a nuestros proveedores. En nuestro caso, los consejos de administración de las firmas tienen que avalar y responder directamente con el patrimonio familiar.
¿Las iniciativas de las diferentes Administraciones no son suficientes por este tipo de compañías?
Tendrían que ser mucho más ambiciosas. En la Empresa Familiar proponemos una moratoria en el pago de impuestos de un año o al menos que los créditos se concedan sin ningún tipo de interés. Una vez paramos la emergencia sanitaria, tenemos que hacer lo mismo con la carencia de tesorería de las pymes, que ni cobrarán ni podrán pagar, y con la desprotección de los trabajadores que están desamparados. Las medidas no pueden estar enfocadas sólo a las compañías que han cesado su actividad, como el turismo o el sector del automóvil. Los que nos vemos obligados a continuar, como las empresas familiares, no podemos ser los que paguemos el pato de la crisis del coronavirus.
"En la Empresa Familiar proponemos una moratoria en el pago de impuestos de un año"
¿Cómo están notando la paralización de la actividad?
Nuestras empresas han constatado que la producción ha bajado en picado, especialmente en el sector comercial, el de la construcción y en las ferreterías. Sólo se mantienen la alimentación y los servicios esenciales. Incluso antes de esta crisis, las empresas familiares habíamos solicitado una serie de medidas para garantizar nuestra salud financiera que, ahora, con esta situación se han parado.
¿Está suficientemente garantizada la sucesión de la actividad y del patrimonio empresarial?
En este punto, nos encontramos con una coyuntura de incertidumbre, puesto que desde la formación del nuevo Gobierno central, el Ministerio de Hacienda está estudiando la posibilidad de eliminar el pacto sucesorio, una herramienta del derecho civil catalán que facilita la transmisión del patrimonio empresarial. Esta visión perjudica nuestras funciones, puesto que determinados sectores interpretan esta figura como una forma de evadir los impuestos.
¿En qué momento se encontraban las empresas familiares antes de esta parada general?
Desde el año 2017 habíamos acumulado un crecimiento sostenido de la facturación. Se tiene que tener en cuenta que en Lleida, nuestra asociación representa un 93% del tejido productivo que aporta un 88% del PIB. Ahora, nos hemos encontrado que por la pandemia sanitaria, el Gobierno del Estado nos obliga a cerrar los negocios y no ingresaremos ni un euro por la carencia de actividad económica. Todo y la virulencia del coronavirus, creo que todavía serán más graves las consecuencias que dejará a las empresas familiares leridanas. Tenemos ante nosotros un reto enorme. Nos enfrentamos a una situación muy grave de la cual saldremos con más fortaleza si trabajamos juntos y se toman las medidas adecuadas.
"Todo y la virulencia del coronavirus, todavía serán más graves las consecuencias que dejará a las empresas familiares leridanas: tenemos ante nuestro un reto enorme"
Y cuando finalice este periodo, ¿qué reivindicaciones retomarán?
Entre los objetivos de la Empresa Familiar de Lleida, se encuentran contribuir al reforzamiento del papel de las empresas familiares leridanas como creadoras de ocupación, participar en los diferentes organismos de decisión de la actividad empresarial de nuestro territorio, transmitir a la sociedad las ventajas que aportan estos tipos de firmas y destacar la importancia de la figura del empresario familiar.
¿Es posible que las empresas familiares sean todavía poco conocidas para la sociedad en general?
Es cierto que existe un cierto desconocimiento. Precisamente para suplir esta carencia, tenemos un convenio de colaboración con la Universitat de Lleida y el Instituto de la Empresa Familiar, por el cual en 2011 se creó la Cátedra de la Empresa Familiar de la UdL, que tiene la finalidad de fomentar la docencia y la investigación por un mejor conocimiento de la empresa familiar entre docentes y estudiantes.
¿Y no hace falta también un reconocimiento en el mismo ámbito empresarial?
Haría falta que algunas patronales, como Pimec, Cecot o Foment del Treball dispusieran de sectoriales específicas que hablen de las empresas familiares, que complementen el trabajo que hace nuestra asociación o la Asociación Catalana de la Empresa Familiar. Creo que ayudaría a hacer que la subsistencia de estas sociedades sea cuanto más larga y que este ser vivo empresarial salga indemne de las crisis externas y, sobre todo, de las internas que tenemos en nuestro día a día.