La costa del Maresme cuenta con casi una decena de playas reservadas para perros durante la época estival. Un acceso que se extiende a establecimientos de restauración y hotelero de la zona, así como a museos y la participación en talleres y rutas por la montaña. Se trata de una apuesta por el pet friendly hecha desde hace tiempo, tal y como asegura la presidenta del Consorcio de Turismo del Maresme, Carme Ponsa, y destaca la implicación de todos.
Desde el organismo no tienen calculado en qué se traduce esta filosofía, pero garantizan la llegada de visitantes como, por ejemplo, Martina Laignolea, una italiana que ha escogido la capital del Maresme para hacer turismo con la pareja y su perro: " En Italia no hay nada así". Laignolea pasa unos días en Catalunya y se ha quedado en Mataró porque hay un camping que aceptan el perro y, además, descubrió "buscando por Internet" que también había una playa, con aforo para unos sesenta mascotas. Es la primera vez que visitan tierras catalanas y hacerlo con el animal era "indispensable".
También de fuera, pero más de cerca, de Castellar del Vallès, han venido Laura Aranda y su pareja. Por primera vez llevan a su mascota a la playa mataronina, después de rodear varias. "Es la primera vez que encuentran una con cara y ojos", señaló. Aranda admitió que puede haber algo de rechazo en el baño de los perros, pero recalcó que los propietarios son "responsables" y se velan que no dejen excrementos en la arena.
El Maresme cuenta con casi una decena de playas reservadas para perros durante la época estival
Un parecer que comparte Adrián Jurado, vecino de Mataró y asiduo en la playa de perros. "Aquí haces lo mismo que si estuvieras en la calle: recopilaciones y limpiezas", ha explicado. Jurado ha dicho que "al contrario" de lo que se pueda pensar, la presencia de estos animales "hace que las playas estén más limpias para que los dueños se encarguen".
Este atractivo de Mataró hace que el espacio se llene rápidamente. Patricia Beleda, una fija esta playa desde el primer día, se queja de que se ha quedado pequeña. Tal y como ha apuntado, en la ciudad hay "unos 16.000 perros censados" y eso hace que la zona haya quedado "arrinconada". La presidenta del Consorcio de Promoción Turística de Costa del Maresme ha recordado que la comarca detectó este fenómeno hace tiempo y que negocios, establecimientos, museos y playas han ido "de la mano" para que los visitantes puedan llevar a sus mascotas. Pons considera que en la actualidad va "al alza" y el Maresme dispone de una amplia oferta.
Ponsa, que puso en marcha en el cargo hace menos de un mes, ha afirmado que hay que seguir "sumando" adhesiones para que haya más locales que acepten a los perros. Actualmente, entre alojamientos y restauración hay unas ochenta. En este sentido, en caso de que haya poblaciones que reclamen disponer, por ejemplo, de playas, recogerán la demanda para facilitarlo, aunque dependerá de la superficie disponible.