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Pastas Sanmartí, cuando la tradición manda

La empresa de Caldes de Montbui distribuye un producto artesano y de calidad que los labradores del municipio empezaron a elaborar en el siglo XVIII

La compañía mantiene la estructura y maquinaria desde hace 80 años
La compañía mantiene la estructura y maquinaria desde hace 80 años
Aida Corón
27 de Diciembre de 2016
Act. 27 de Diciembre de 2016
La sopa de galets y los canelonsson platos que no pueden faltar por Nadal. Son dos clásicos a mesa en Cataluña, tan tradicionales como lo son las pastas que elabora la familia Sanmartí en Caldes de Montbui desde hace más de tres siglos. Hacen los clásicos macarrones y espaguetis, pero también formas más creativas y llamativas. Y siempre siguiendo la misma receta que años atrás, la que mezcla sémola y agua y que cuenta con un proceso minucioso de secado.

Así es como lo explica el actual director de Pastas Sanmartí – también conocida como la pasta de Caldes-, Carles Sanmartí. Él representa la octava generación que trabaja para mantener activa la compañía, pero codo con codo con su hija, la que algún día cogerá las riendas. Y es que como se puede dejar caer una compañía que ha conseguido mantenerse de pie desde el 1.700? "La empresa como tal se creó el 1.845, que es cuando se industrializó el procedimiento", corrige el director, "a pesar de que el proceso de fabricación y manipulación empieza a hacerse el siglo XVIII con los labradores del pueblo que traían trigo, lo molían y hacían la pasta".

Antiguas trabajadoras y maquinaria de la compañía. Cedida

Esta "pequeña empresa", como recuerda Sanmartí, elabora cada día cerca de 1.500 kg de pasta, cuenta con una decena de trabajadores y no supera el millón de euros de facturación. Aun así, es todo un símbolo del municipio vallesà y una de las marcas de pasta que ha conseguido conquistar el paladar de los consumidores más estrictos.

Patrimonio histórico y cultural de Caldes
En más de 150 años de recorrido de la compañía, son diversas las manos que han conducido la fábrica. Esto supone diferentes estilos de liderazgo y estrategias adaptadas en cada momento, pero no es sinónimo de cambios constantes en la maquinaria. "Hace 80 años que tenemos la misma tecnología, sólo hay la excepción de una máquina quetiene 18", explica el director, "y no lo hacemos por romanticismo, es porque ha ido pasando de uno al otro y siempre ha funcionado". Y es que reconoce que él mismo intentó renovarlo todo con tecnología más innovadora, pero nada fue más allá de algunas pruebas: "No funcionó. Decidí que nunca más tocaría nada y hasta hoy en día no lo he hecho".

Hace 80 años que utilizan la misma tecnología para producir la pasta. Cedida.

Sanmartí repite de nuevo que es una compañía pequeña y con un espacio reducido, por eso al obrador sepuede acceder directamente desde la tienda, situada junto a la iglesia de Santa Maria de Caldes de Montbui. La fachada se reconoce de lejos por un grande galet colgante junto a la puerta, el cual ya se ha convertido en un símbolo del municipio. "Quedo parado los sábados y los domingos con la cantidad de fotografías que se hacen del galet. Ya es representativo del casco antiguo y de la población", relata con ilusión.

Cada año pasan entre 2.500 y 3.000 personas por las instalaciones, apunta; y añade a continuación que esta es su manera de promocionarse: "No hacemos anuncios a la televisión ni a la radio, el más efectivo es que la gente venga, vea y compre el producto si quiere".

Adaptarse al mercado con nuevas recetas
El reto de cada año es introducir un producto nuevo en el catálogo. Tienen desde los macarrones de toda la vida –lo más vendido- hasta trompetas, pasando por espirales de colores, espaguetis con tinta de calamar o maravilla integral. Para el próximo año, el reto es incluir la pasta ecológica enla lista de 52 referencias que ya tienen.

A pesar de las incorporaciones que se han ido tirando con el tiempo, la materia primera sigue viniendo de allá mismo: de Huesca. "Hace muchos años que nos proveen y cuando hemos querido cambiar, hemos visto que la calidad no es la misma". Sólo los hace falta la sémola de este trigo aragonés, el agua de Caldes y poner a secar el producto en bandejas de madera después de la elaboración. "Todo es un proceso único", destaca Sanmartí, "somos los únicos que lo hacemos así y es el que da un gusto especial, un valor añadido".

Secado del producto en bandejas de madera. Cedida.

Excelencia también en su punto de venta
El 80% de las ventas se hacen en Cataluña, mientras que el resto se reparte entre España y el Reino Unido, principalmente, y en algunos establecimientos de Alemania, Polonia y los Estados Unidos.

El producto se encuentra principal en tiendas tradicionales y especializadas, esta era la idea principal. Sin embargo, en Cataluña también se comercializa en algunos supermercados de Sorli Discau y Caprabo. "A Sorliestamos porque estábamos en unas tiendas de Sabadell que la cadena compró hace 10 años, pero con el requisito de mantener los productos que habían fidelitzat la clientela. A Caprabo, en cambio, estamos presentes como producto de proximidad. No estamos a los lineales, estamos en expositores nuestros diferenciados de los otros", explica.

Tanto a los supermercados como las tiendas de barrio la pasta tiene el mismo precio, es la única condición que Sanmartí pide cuando distribuye a un nuevo establecimiento. "Las cadenas siempre van un poco en perjuicio de todo, nosotros nos marcamos", justifica, "la gran suerte es que tenemos una producción limitada y esto nunca nos ha ido detrás, no tenemos la necesidad de malvender ni de ir a lugares que no nos interesan".

Esta filosofía es el que los permitió superar la crisis "perfectamente bien y sin ningún tipo de problema". Cayó la hostelería, reconoce Sanmartí, que recuerda el nombre de algunos restaurantes que tuvieron que bajar la persiana. Aun así, cada año se han impuesto un mínimo crecimiento y, asegura, lo han conseguido.