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El pistacho 'saca pecho' en los dominios de la fruta dulce

Los labradores leridanos plantan más de un centenar de hectáreas de pistacho en Tàrrega gracias a un proyecto de colaboración con la empresa Borges para aprovechar el regadío del canal Segarra-Garrigues

Pistachos plantados a Mas Colom a Tàrrega | ACN
Pistachos plantados a Mas Colom a Tàrrega | ACN
Lleida
03 de Abril de 2019

Lleida es conocida en el ámbito agrícola por la fruta dulce, la ganadería porcina y el cereal. Más allá de esta tríada, otros cultivos se están posicionando por su rentabilidad. Uno de ellos es el del pistacho, que quiere aprovechar las ventajas que puede ofrecer el canal Segarra Garrigues. Detrás de este proyecto está la empresa del sector de los frutos secos Borges, que ha favorecido la plantación de 150 hectáreas a su finca de Mas Colom en Tàrrega.

"La iniciativa permite un modelo de colaboración entre los productores y Borges en 24 explotaciones a siete comarcas catalanas, entre ellas tres leridanas, en el cual las dos partes ganamos", explica Antoni Pujol, responsable del proyecto Pistacho de la compañía. La relación genera un win-win, puesto que la firma alimentaria mejora su abastimiento y los agricultores cultivan una especie que les otorgará unos buenos precios en origen.

Fincas piloto

Con las 22 hectáreas de pistachos que se plantarán al mes de septiembre, Borges acumulará 150 hectáreas a su explotación de Tàrrega. Los primeros frutos se recogerán de aquí a cinco o seis años. La finca de Mas Colom, junto con el Carquí, ubicada a la localidad granadina de Guadix, son los proyectos de referencia de la empresa en este ámbito. Pujol recuerda que "hemos organizado visitas a Granada para que los labradores leridanos conozcan alternativas a los fruteros actuales, que favorezcan un incremento de su renta a través del aprovechamiento de los nuevos sistemas de regadío".

Pujol: "Queremos mejorar la renta agraria de los productores, dinamizando la economía de la zona y creando sinergias en toda la cadena alimentaria"

Desde Borges indican que este tipo de cultivos tienen un efecto transformador que genera valor añadido al territorio. "Queremos mejorar la renta agraria de los productores, dinamizando la economía de la zona y creando sinergias en toda la cadena alimentaria". Para la compañía también supone un proyecto cooperativo para investigar, asesorar y transferir el conocimiento en colaboración con el Departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña.

pistatxos

Precio mínimo garantizado

A diferencia de la fruta dulce, donde en muchas ocasiones los precios que reciben los labradores no permiten ni siquiera cubrir los costes de producción, la experiencia con este cultivo demuestra que puede generar una cotización mínima para los agricultores. Fuentes de las organizaciones agrarias admiten que están cobrando entre tres y cuatro euros por kilo, una cifra muy por encima de la pera, la manzana o el melocotón. El portavoz del sector de los frutos secos de Unió de Pagesos (UP), Rafael Español, reconoce que "desde hace unos años, los precios nos acompañan". Existe otro factor que anima los productores catalanes: los episodios de sequía y el envejecimiento de los árboles en los Estados Unidos. Esta oportunidad la quieren fomentar apostando por la exportación.

El pistacho se paga a entre tres y cuatro euros por kilo, una cifra muy por encima de la pera, la manzana o el melocotón.

Los labradores catalanes ya han podido comprobar en las fincas andaluzas como funciona la recolección del pistacho, el proceso de pelado y secado y el manejo de la tierra para conseguir una rentabilidad más alta. El árbol del pistacho llega a ofrecer un rendimiento de 2.000 kilogramos por hectárea y a pesar de que no entra en producción como mínimo hasta el quinto año, es un árbol longevo, que puede vivir más de seis décadas. Uno de los fenómenos meteorológicos que más temen los labradores de la fruta dulce son las heladas primaverales que malogran la cosecha. Con el pistatxer, estas desaparecen porque la floración se produce a finales de abril, cuando este riesgo se ha minimizado.

Desde el punto de vista productivo, Borges señala que la recolección de los pistachos supone unos costes anuales bajos porque la recogida ya está mecanizada con un sistema de vibrador con un paraguas incorporado.

La vinculación de los frutos secos con un producto saludable y con beneficios cardiovasculares ha incrementado la demanda mundial de almendras, avellanas y pistachos. Con este viento a favor, el cultivo se tiene que convertir, quizás no en una alternativa a la fruta dulce en las comarcas leridanas, pero si en un árbol que le haga sombra en los próximos años.