"Impulsar soluciones consensuadas escuchando a los diferentes actores que intervienen en la movilidad". Esto es el que lo Racc pide al Ayuntamiento de Barcelona para afrontar la nueva movilidad teniendo en cuenta que la reanudación progresiva de la actividad que viviremos en las próximas semanas y meses comportará un incremento de las necesidades de desplazamiento de los ciudadanos que, a la vez, tendrán que cumplir con las recomendaciones de distanciamiento físico para evitar futuros rebrotes de la pandemia de la covid-19.
Según informan en un comunicado, en los próximos meses "és posible que el teletrabajo, la pérdida de puestos de trabajo y la drástica bajada del número de turistas, reduzcan la demanda de viajes diarios", pero, aún así, teniendo en cuenta que el transporte público se puede ver obligado a circular a mitad de su capacidad, el Racc considera que "hay que desplegar una estrategia de movilidad multimodal y con visión metropolitana que ofrezca alternativas y soluciones con transversalidad y que garantice una movilidad segura, asequible y ágil para todas las personas, también teniendo en cuenta las que tienen que hacer desplazamientos interurbanos y no pueden contemplar alternativas como ir a pie, en bicicleta o patinete, más útiles para trayectos cortos, de menos de 10 kilómetros, y meteorología favorable".
En este sentido, el Racc considera que hay que tener en cuenta también a todas aquellas personas que, a pesar de no residir en Barcelona, cada día se desplazan a la ciudad, así como colectivos como el de la gente mayor (los mayores de 65 años representan más del 21% de la poblaciój de la ciudad), que posiblemente evitarán el uso del transporte público por el miedo a los contagios y a la vez difícilmente usarán vehículos de movilidad personal como las bicicletas y los patinetes.
Antes de la pandemia, en Barcelona cada día entraban y salían del municipio més de 900.000 personas, el 50% en transporte público, el 47% en vehículo privado (coche o moto), y un 3% a pie o en bici.