El Port de Tarragona acogerá 58 cruceros y 118.000 pasajeros durante este año 2023. El movimiento derivado de los barcos empezó el 6 de abril y finalizará a mediados de diciembre. Según la Mesa Institucional de Cruceros, el objetivo es recuperar el negocio previo al estallido de la pandemia. El año 2022, los cruceristas generaron un impacto económico de cinco millones de euros en la ciudad y su entorno. El próximo mes de mayo, Tarragona acogerá la asamblea de MedCruise, punto de encuentro de 200 agentes del sector y representantes de 145 puertos de 22 países.
Gran parte de las escalas en el sur de Catalunya se concentrarán entre los meses de mayo y octubre. Los responsables del Port de Tarragona aseguran que la llegada de cruceros genera un menor impacto demográfico y ambiental, en comparación con otras ciudades.
De las 58 escalas, 26 corresponden a la compañía MSC Cruceros. Un tráfico de 28.000 personas, 14.000 de embarque y la misma cifra con el desembarco. En paralelo, la plataforma Stop Creuers lamenta que la presencia de esta tipología de turismo "contamina y masifica" barrios como el del Serrallo o la Part Alta. En este sentido, el colectivo defensor del medio ambiente denuncia como la llegada de los turistas "no permite a la población local hacer vida normal y, a la vez, contribuye a expulsar los vecinos".