
La variante de Vallirana abrirá, después de quinceaños, y ya ve la luz al final del túnel. Este tramo de la B-24 se estrenará después de que las obras se iniciaran el 2004 y después de varios atrasos en la ejecución de las obras.
Las obras, que han costado 175 millones de euros, han servido para dar continuidad a la variante de Cervelló, que se construyó en 2003. Las obras han sufrido varias paradas por remodelaciones del proyecto e incidencias o la crisis económica. Varios ministros de Fomento y delegados del Gobierno español se han paseado, pero hasta ahora no se ha terminado. Esta carretera se espera desde hace treinta años.
Según explica La Vanguardia y tal como reclamó el portavoz de JxCat en el Senado, Josep Lluís Cleries, este verano las obras parecían estar terminadas, pero no se inaguraban. El motivo? Endesa no ha hecho la conexión eléctrica del túnel hasta este lunes. La dificultad del territorio, el suelo inestable y el subsol con acuíferos habrían dificultado terminar túnel y, por lo tanto, su apertura al público.
La B-24 es el tramo final de la Autovía del Mediterráneo A-7, renombrada así a la entrada de Barcelona. Esta vía empieza en el enlace 599 del A-2 a la altura de Pallejà, y finaliza en Vallirana, donde enlaza con la N-340, en un trazado sinuoso de 6,4 km.
Después de años de promesas políticas, obras y manifestaciones y pancartas por parte de los vecinos bajo la plataforma Prou cues, las obras ven su horizonte final. Esta carretera supondrá el prolongamiento de la autovía en un tramo de 2,4 km y la reducción del tránsito dentro del casco urbano.