El casco antiguo de Vic vuelve a ser el epicentro del Mercado Medieval después de que el año pasado, a causa de la pandemia, tuviera que trasladarse a otras ubicaciones para evitar las aglomeraciones. Desde este jueves y hasta el domingo la ciudad espera recibir a más de 300.000 visitantes en una de las ferias insignias de la capital de Osona.
"Venimos cada año, es una cita obligada. Ya lo hemos convertido en tradición", asegura a ACN Cati, vecina de Cassà de la Selva. La 26ª edición de la Fira cuenta con un total de 380 paradas de alimentación, hierbas y artesanía, provenientes de toda Catalunya y del resto del Estado. La feria incluye también una variada oferta lúdica con talleres infantiles y espectáculos de calle.
También hay decoración, joyas, cosmética natural, complementos de ropa y productos gastronómicos como embutidos, conservas, tartas o chocolates serán las grandes protagonistas. Y, para descansar un rato y reponer fuerzas, se situarán tabernas y espacios gastronómicos en cuatro puntos distintos del mercado.