El 1954, Miguel Tuestes Carbón creó el Sangre de Toro, que consiguió ser la primera marca de vino tinto catalán con crianza al lograr reconocimiento a todo el Estado español e incluso a los mercados internacionales. Tiempo después, ya entrados en sesenta, su hijo, Miguel A. Torres decidió, ir unamás allá y elaborar un vino de categoría superior, con una crianza más larga. Así nació el Grande Sangre de Toro, elaborado inicialmente con el mismo cupatge varietal, de garnatxa y carinyena, al que posteriormente seañadió sirà. Tiene una crianza de 12 meses en bóta de roble europeo, que le permite lucir al etiquetado la palabra "reserva", que en vinos clásicos, como es el caso, tiene todavía capacitado para sugerir calidad.
Es curioso, y seguramente el nombretiene mucho que ver, que, tanto el Sangre de Toro como el Grande Sangre de Toro, tienen fama de ser vinos muy potentes, "fuertes" dedo en lenguaje coloquial. Es difícil de decir si en cincuenta y sesenta, cuando nacieron, esta fama estaba justificada, pero el cierto es que a estas alturas no. Y con esto no quiero decir que el Grande Sangre de Toro sea un vino suave, pero no estáentre los más potentes. Ya hemos mencionado que se trata de un vino "clásico", que en contraposición a las negruras casi intimidatòries de los vinos "modernos", basados en maduraciones y extracciones muy altas, a estas alturas resultan mucho más accesibles y fáciles al paladar. Los 14º Alc. que indica al etiquetado ya no dan miedo a nadie, acostumbrados a los 14,5 o 15 grados de muchos vinos mediterráneos de calidad.
El color es más bien intenso, pero no opaco, conserva una cierta transparencia, y tiene el voraviu de color de rubí, todavía con un leve reflejo lilenc que indica que tiene años de recorrido por adelantado. A los aromas hay un buen equilibrio entre la fruta de bosque madura, fresa y frambuesas, y las notas más tostadas y oscuridades procedentes de la crianza, con tinta china y costra de pan tostado.
Al reregust es donde se manifiesta la sirà, con matices más florales de caramelo de violas. Y a la boca, el que comentábamos antes: tiene una entrada voluminosa, que rellena el paladar, pero con la tradicional sensación redonda y agradable de la garnatxa, nada llevar ni agresivo., sin casi sensación de aspereza. Sólo al final tiene una cierta amargura matizada que le aporta la elegancia que no pasa de moda de los clásicos. Y todo esto, a un precio de venta inferior a los 12 euros, que vistos los precios de los vinos de gama alta de muchas bodegas, se puede considerar realmente ajustado.
Semanalmente, VIAempresa presentará un vino catalán, dentro del ciclo Catas, con la colaboración de el diario de los vinos catalanes Vadevi