• Turrones Vicens después de la muerte de su propietario

Turrones Vicens después de la muerte de su propietario

Àngel Velasco Pérez y su hijo levantaron al primer fabricante de turrón del Estado desde un obrador de Agramunt

Àngel Velasco, propietario de Torrons Vicens | Europa Press
Àngel Velasco, propietario de Torrons Vicens | Europa Press
Barcelona
12 de Septiembre de 2022
Act. 14 de Septiembre de 2022

Àngel Velasco Pérez, propietario de Torrons Vicens, murió el pasado sábado en Barcelona al no superar la dolencia que le afectaba. Precisamente, este lunes habría cumplido 74 años. Fuentes próximas a la empresa indican que su deceso no supondrá ningún cambio en la actividad del grupo turronero porque, desde que adquirió la firma en 2000, su hijo Àngel Velasco Herrero se ha encargado de la gerencia y ha liderado la expansión.

Esta industria turronera de Agramunt (Lleida) es la que fabrica más kilos de toda España. El año pasado facturaron 49 millones de euros, cerca de un 40% más que los 35,5 millones de 2020, un ejercicio en el que se vieron afectados por la pandemia de la Covid-19. Los resultados del año pasado son ligeramente inferiores a los 53,2 millones de 2019, si bien las fuentes consultadas apuntan que este 2022 se superarán claramente las ventas del ejercicio anterior a la pandemia.

La estrategia de crecimiento se sustenta en la red de tiendas, la exportación, los nuevos productos y en conseguir superar la estacionalidad del turrón

La estrategia de crecimiento de Torrons Vicens se sustenta en la red de tiendas, la exportación y los nuevos productos. Tienen el mérito de haber superado la estacionalidad de este producto. Este verano alcanzaron las 53 tiendas. Además de de Catalunya, donde se encuentra la mayor concentración, también cuentan con establecimientos en Madrid (cuatro en total, incluido el punto de venta del Corte Inglés de la calle Preciados), Andalucía, Baleares y el País Vasco, según consta en su página web. En el extranjero, han abierto tiendas en Francia, Dubai, Estados Unidos y México (cinco locales), país este último que es su primer mercado en el exterior.

Son conocidos por la innovación en el producto sobre todo desde que se aliaron con el pastelero Albert Adrià, el hermano de Albert Adrià, fundador de El Bulli. En la última edición de la feria Alimentaria, esta primavera, la empresa presentó más novedades en su catálogo: una es el turrón de Donuts.

Cultivo de almendros

En una estrategia de verticalización del negocio, también invierten en plantaciones de almendros en las comarcas de Lleida para garantizarse la materia prima. A diferencia de las otras industrias turroneras del Estado, Vicens cubre más de la mitad de la producción con almendras de kilómetro cero. Superan las 500 hectáreas de cultivo. Para ello, constituyó las empresas Agrovicens y Ametlles Vicens, que tuvieron de gerente hasta abril del año pasado a JosepMaria Pelegrí, exconseller de Agricultura de la Generalitat.

La familia Velasco compró Torrons Vicens en 2020 cuando este obrador de Agramunt, en funcionamiento desde 1775, estaba a punto de desaparecer por las deudas. Año tras año, ha crecido la facturación con la excepción del 2020 por culpa de la pandemia. Desde el primer momento, padre e hijo se situaron al frente.

El grupo incorporó otras empresas y marcas complementarias. Así, en 2013 adquirieron Jolonch, un histórico obrador de chocolates de Paramola (Lleida), activo desde 1770; Àngel & Lluch, también de Agramunt, de turrones ecológicos; o Turrones Viar, nacida en 1913 en la calle Olzinelles del barrio barcelonés de Sants, que se ha convertido en una línea de turrones sin azúcar.

Àngel Velasco era un 'self made man': aprendió el oficio cuando entró a trabajar a los 14 años en la pastelería Prats-Fatjó

Àngel Velasco padre era un self made man. Su abuelo emigró a Barcelona para trabajar en la construcción del metro y, su padre, era socio de un pequeño taller de Cornellà de Llobregat que producía mangos de madera para paraguas mientras su madre limpiaba clínicas. Él nació en el barrio de la Sagrada Familia de Barcelona.

Empezó a trabajar a los 14 años en la pastelería Prats-Fatjó del paseo de Gracia, que es donde aprendió el oficio. En 1973 se estableció por su cuenta y abrió tres pastelerías: dos a Barcelona y una a Sant Boi de Llobregat. El éxito le llegó a principios de los ochenta cuando creó una empresa para fabricar y comercializar bombones y pasteles de chocolate congelados. No sería hasta casi veinte años después que, en compañía de su hijo, comprarían el obrador de Turrones de Agramunt.

En la actualidad, residía entre Agramunt y las Casetes de Sitges. Incluso, presidió hasta hace pocos años la asociación de vecinos Rat Penat i un club deportivo local.