Es necesario recuperar en Catalunya el liderazgo perdido, o más importante aún, la sensación de liderazgo que nos acompañaba años atrás. La última época no ha sido fácil. La palabra elegida sería inestabilidad. Tanto en casa como fuera. La economía mundial sigue recuperándose aún de la pandemia, la invasión rusa de Ucrania y la crisis del costo de vida. Los mercados de energía y alimentos aún sufren la perturbación causada por la guerra en marzo de 2022 y actualmente la sequía, y la situación en el Oriente Medio lo ha complicado todo aún más. Vivimos en un entorno complejo e inestable, y globalizado, lo que sucede en nuestros vecinos lo sufrimos como propio. La buena noticia es que a pesar de todo esto, no estamos estancados. Nos gusta, o sería más correcto decir que nos hemos acostumbrado a luchar, con la mejor de las armas: la versatilidad.
La empresa necesita estabilidad, un marco de confianza estable que acompañe las inversiones y las decisiones empresariales. Y esto es lo más importante que podemos pedir a nuestros políticos en estas elecciones. La lista de quejas y demandas es larga, pero todo se resume en que hagan lo mejor posible su trabajo y nos den a los ciudadanos las herramientas necesarias para hacer el nuestro.
"No ayuda en nada tener 15 impuestos autonómicos más que otras comunidades autónomas y que actualmente la recaudación de represente Catalunya el 45,2% del total de España"
Responsabilidad. Es la clave para seguir avanzando y mejorando. Pero se necesita una responsabilidad bidireccional. El tejido empresarial hace tiempo que hemos asumido el papel que nos corresponde. Tenemos claro que somos parte imprescindible del motor de cambio y transformación de nuestra sociedad. Que está en nuestras manos, gracias a nuestras ideas y nuestros proyectos convertidos en empresas, crear puestos de trabajo. Pero no podemos hacerlo solos. Es imprescindible trabajar juntos (sociedad, empresa y administraciones) para seguir mejorando la competitividad del país.
Necesitamos una fiscalidad más competitiva para poder vertebrar un ecosistema económico positivo y dinámico. No ayuda en nada tener 15 impuestos autonómicos más que otras comunidades autónomas y que actualmente la recaudación de Cataluña represente el 45,2% del total de España. Y si hablamos de fiscalidad, necesitamos políticas fiscales que realmente ayuden a las empresas. Necesitamos aliviar la presión fiscal para fomentar la emprendeduría. Una presión fiscal que ahoga a muchos negocios y, a otros, les impide el crecimiento. Solo con políticas que reduzcan la presión fiscal sobre las nuevas pymes podremos crear y consolidar empresas jóvenes preparadas para sostener nuestra economía en el futuro.
Trabajemos juntos para desarrollar medidas que faciliten y promuevan el crecimiento empresarial. Y no nos olvidemos de medidas de estímulo, que nos ayuden a frenar la fuga de empresas y startups que se internacionalizan, o de talento que se va fuera de Catalunya. Empresas con talento que se van buscando el marco y el apoyo que no encuentran en casa.
"No dejemos perder la oportunidad que representan los Fondos Next Generation, y que aún no se han capitalizado hacia las pequeñas y medianas empresas"
Necesitamos una auténtica transformación energética. Apostar por las energías renovables y facilitar el cambio debería ser una apuesta de país si queremos ser competitivos. Revisemos las políticas de transición energética de manera que sean un plan de ruta justo, competitivo y eficiente al que todos podamos sumarnos, sin comprometer la economía de nuestras empresas.
No dejemos pasar la oportunidad que representan los Fondos Next Generation, los cuales aún no se han capitalizado hacia las pequeñas y medianas empresas. Quizás ya estemos tarde, pero aún podemos aprovecharlos en nuestro beneficio.
Creemos las herramientas necesarias y legislamos para mejorar los trámites y procedimientos administrativos, como simplificar la gestión de los trámites de constitución, impulsando los puntos de atención al emprendedor o el uso de la declaración responsable. Necesitamos políticas activas de fomento de la creación y el desarrollo de proyectos empresariales. No necesitamos burocracias inútiles que no tienen relación con el mundo profesional actual. Debemos comenzar aplicando en todos los ámbitos de regulación que afecten a las empresas el principio de pensar primero a pequeña escala. Porque no podemos olvidar que nuestro tejido productivo está formado mayoritariamente por microempresas, lo que significa que las políticas adoptadas siempre deben realizarse con perspectiva de PYME.
"Deberíamos recuperar el 'seny', esa característica tan nuestra que demuestra que la mejor manera de incrementar ingresos fiscales es apoyando un crecimiento sólido"
Para apoyar al talento emprendedor desde todos los ámbitos, necesitamos, sí o sí, más colaboración público-privada, con una Administración que realmente crea en el tejido empresarial, que impulse verdaderamente la digitalización, que brinde más ayudas, valore a las PYMEs, a los autónomos, y potencie un entorno favorable para la creación y el crecimiento de empresas donde prevalezca la seguridad jurídica y la estabilidad.
Deberíamos recuperar el "seny", esa característica tan nuestra que demuestra que la mejor manera de aumentar los ingresos fiscales es apoyar un crecimiento sólido con estímulos eficaces y sostenidos a las empresas. Porque crear empleo debería ser la mejor política social y la mejor receta para el progreso, y para nuestro crecimiento como país y como sociedad.
Por todo esto, es imprescindible dar más prestigio social a la iniciativa emprendedora. Que los políticos que se presenten el próximo 12M tengan claro que el tejido empresarial somos aliados y tenemos la clave para recuperar el prestigio y el liderazgo que hemos perdido en los últimos años. Pero como en cualquier buen equipo, es necesario que todos trabajen juntos por el objetivo común.