• Un día a Kiva

Un día a Kiva

VIAempresa acompaña los doce jóvenes emprendedores del programa Imagino, a las visitas que hacen en las suyos de empresas de Silicon Valley. Este miércoles al 'headquarters' de Kiva, de la mano del 'dreamer' Albert Castelltort Mikkelsen  

Los dreamers en la sede de Kiva
Los dreamers en la sede de Kiva
Albert Castelltort Mikkelsen (emprendedor)
23 de Julio de 2014
Act. 23 de Julio de 2014

Hace décadas que las ONG's no evolucionan mucho: ejércitos de jóvenes carismáticos con ganas de cambiar el mundo, persiguiendo a la gente por las calles para conseguir una suscripción. Con un sistema de donaciones que muchos golpes puede parecer bastante opaco y, obviamente, una propaganda basada en fotografías y vídeos de vivencias reales, para sensibilizar a la población y hacernos sentir un poco culpables.

El modelo está obsoleto. Ya no hay que ser demasiado atrevido para confesar que cuando voces a los del ONG por la calle cambias de acera, o aceleras porque cuando digas ''lo siento, tengo mucha prisa'', tengas un mínimo de credibilidad. Por otro lado las imágenes clásicas de las ONG pueden ser terriblemente peligrosas: nos hacen sentir lástima y culpa, sí. Pero también pueden estar reforzando una idea tan errónea cómo sería la de nuestra superioridad: "Pobre gente, no pueden hacer nada, démoslos el que nos sobra''.

Por suerte, la disrupción de Silicon Valley no se queda sólo en la tecnología, sino que va mucho más allá y llega también en el sector de las organizacionesnogubernamentales.

Una de las empresas que hemos visitado los Dreamers de Imagino ha sido Kiva, una start-up fundada el 2005, con sede aSan Francisco, que ha reinventado el modelo de las ONG con un proyecto basado en los microcréditos para ayudar las zonas más desfavorecidas del planeta. De hecho, entre los miembros del equipo directivo, hay el cofundador de LinkedIn, ReidHoffman.

La visita la hizo en JacobSchultz, Vice Presidente of People. Después de un pequeño tour porlaoficina marcada por los tonos verdosos de Kiva y, como no, una infinidad de historias de éxito, nos hizo una deslumbrante presentación del proyecto que cuenta con una red de 450 voluntarios y que ya ha conseguido que más de un millón de personas hayan hecho un préstamo.



Apoderar en vez de compadecer, sustituir la soberbia del que ayuda, por una mirada de tú a tú. Esto es el que propone Kiva. La forma es conseguir que todo el mundo tenga acceso en capital. Es decir, es una especie de crowdfunding por iniciativas que generen oportunidades para reducir la pobreza. Kiva trabaja con instituciones microfinanceres para ofrecer préstamos a gente que no tiene acceso a sistemas de banca tradicionales.

Cualquier persona puede hacer un préstamo al proyecto que más le llame la atención; desde pequeños bares que quieren vender más producto, hasta ayudar una familia a remodelar o incluso construir su hogar. El donante puede seguir la historia de la persona a quien se ayuda, viendo como su vida y la de su comunidad mejoran gracias a pequeñas inyecciones de capital. Además, los préstamos se recuperan sin intereses y, de este modo se pueden reinvertir en otro proyecto. Así se consigue que el mismo dinero lleguen a varios grupos de personas con pequeños proyectos, que alimentan la economía local. En definitiva, pasan de depender de capital externo a crear sus propios ecosistemaseconómicos.

Apoderar en vez de compadecer. Parece ser que incluso el futuro de las ayudassociales, las ONG y la lucha contra la pobreza también sale de Silicon Valley.