La Asociación de Voluntarios de CaixaBank ha hecho balance de su actividad con motivo del Día Mundial del Voluntariado celebrado el pasado 5 de diciembre. Durante el último año, la acción solidaria impulsada por 14.000 miembros activos de la asociación ha beneficiado en total a 405.598 personas en situación de vulnerabilidad en toda España a través de más de 22.000 actividades.
Después de dos años de restricciones por la pandemia del coronavirus, se ha recuperado la actividad presencial de las iniciativas. Esto, unido a la incorporación de nuevos programas de actividades, ha incrementado notablemente la participación de los voluntarios de la asociación en todo tipo de actividades.
Crece la solidaridad a través del voluntariado
Este año, la Asociación de Voluntariado ha reorganizado sus programas teniendo en cuenta las necesidades del país. En los proyectos educativos, entre los cuales destaca la educación financiera, el acompañamiento en la lectura y las sesiones de refuerzo escolar, se han realizado más de 3.000 actividades en beneficio de 35.000 personas. En el área de digitalización, a través de formaciones específicas en ofimática y competencias digitales, se han impulsado más de 200 actividades para más de 2.000 beneficiarios.
Además, se han realizado más de 3.000 iniciativas de acompañamiento en inserción laboral y emprendeduría para unas 3.700 personas en situación vulnerable, así como iniciativas de apoyo a la gente mayor. Finalmente, se han impulsado cerca de 200 acciones medioambientales con 1.800 beneficiarios mediante actividades específicas para la cura del planeta, recogidas de residuos y sensibilización ambiental. Por otro lado, gracias a la amplia capilaridad territorial del Programa de Voluntariado, se han podido impulsar cerca de 10.000 actividades locales.
Como actividad excepcional, este año se ha llevado a cabo la organización y coordinación de diez convoyes humanitarios para gestionar el traslado a España de más de 560 refugiados de Ucrania, en su mayoría mujeres y niños, pero también enfermos oncológicos y heridos de guerra, en el que ha supuesto el corredor humanitario más grande entre los dos países. Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo de Sor Lucía Caram, de la Fundación Convento de Santa Clara, y lo Paro Ángel, de la Asociación Mensajeros de La Paz.