La digitalización de la sociedad ha permitido en muchos aspectos la democratización del acceso a la información y al conocimiento, y ha contribuido sin duda a la mejora de la sociedad. Sin embargo, este desarrollo ha derivado en una generación significativa de residuos electrónicos, con un impacto claramente negativo en términos medioambientales.
Impulsados principalmente por la expansión del Internet del Todo (IoE), se calcula que en 2023 existían cerca de 18.800 millones de dispositivos a nivel mundial, un 13% más que en 2022, con estimaciones de crecimiento hasta los 24.000 millones para 2025, sobre todo impulsado por aplicaciones en los sectores de la salud, el transporte y la industria.
En 2022, se generaron 62 millones de toneladas de residuos electrónicos en el mundo
Según el informe The Global E-Waste Monitor 2024, la generación de residuos electrónicos en Europa es un problema creciente que supera la capacidad de reciclaje actual. En 2022, se generaron 62 millones de toneladas de basura electrónica en el mundo, de las cuales Europa aportó una parte significativa, con una producción de 17,6 kilogramos de residuos por persona. Solo el 42,8% de estos residuos en Europa fueron reciclados adecuadamente, lo que deja una gran cantidad de materiales tóxicos expuestos, contaminando el suelo y el agua y aumentando los riesgos para la salud pública.
En este contexto, se abre una ventana de oportunidad para la electrónica verde, más conocida como electrónica impresa, que presenta múltiples ventajas competitivas respecto a la electrónica convencional y ofrece un nicho de mercado para la industria.
El beneficio de poder imprimir diferentes materiales metálicos mediante métodos de impresión convencionales, como la serigrafía, la impresión digital, la flexografía o el huecograbado, brinda al sector de las artes gráficas la oportunidad de convertirse en un referente en esta tecnología, posicionándose como una industria líder que encabeza nuevos nichos de mercado y facilita la llegada de la electrónica impresa del laboratorio al mercado.
La incorporación de electrónica verde en células solares flexibles, sensores físicos, sensores electroquímicos, dispositivos optoelectrónicos y circuitos flexibles, de fabricación masiva y bajo coste para prácticamente cualquier sector y aplicación, puede contribuir significativamente a reducir la generación de basura electrónica y, al mismo tiempo, disminuir el impacto medioambiental negativo de los dispositivos generados.
La electrónica verde presenta múltiples ventajas competitivas respecto a la electrónica convencional
Disponemos, por tanto, de todos los elementos necesarios para proyectar a Cataluña como líder europeo en esta tecnología y, con el apoyo de la administración, de los agentes tecnológicos, de investigación y la industria, posicionarnos como referentes globales.