Xavier Trallero y Aleix Fajardo, fundadores de Airning, se encontraban en el Reino Unido para ir de viaje en Asia cuando la aerolínea con la cual viajaban los canceló el vuelo. Cuando vieron que desde la compañía aérea nadie los daba ninguna explicación ni solución, empezaron a investigar qué eran sus derechos ante situaciones de estos tipos. Y en este viaje en Asia fue donde nació Airning.
Airning es una plataforma que informa de los derechos de los pasajeros ante una incidencia aérea y gestiona todo el proceso de reclamación hasta recibir la indemnización de las aerolíneas. "El proyecto surgió en verano del 2016, coincidiendo con el caos de Vueling, por el que vimos que había mucha gente que no conocía los derechos que tiene como pasajero ante retrasos, cancelaciones u otros tipos de incidencias", explica Trallero.
Por eso, Airning ayuda los pasajeros a formalizar su reclamación en cinco situaciones diferentes: retrasos superiores a tres horas, cancelaciones de quieres que no se hayan comunicado con más de dos semanas de antelación, overbooking, denegación de embarcament y pérdida de equipaje. "Se trata de un sector muy desconocido, la gente no sabe cuáles son sus derechos ante estas situaciones y si lo sabe, está más preocupada para llegar a su destino de vacaciones que al pensar a reclamar", apunta Fajardo.
En 10 meses, la startup ha facilitado unas 3.500 quejas y ha gestionado reclamaciones por más de medio millón de euros
Además, normalmente el trámite de reclamación de incidencias aéreas es un proceso bastante largo y pelmazo "y a las aerolíneas tampoco los interesa dar una respuesta rápida o informarte de cómo se tiene que hacer las reclamaciones", señala Fajardo. Por eso, Airning ofrece una solución mucho más rápida: el pasajero sólo tiene que facilitar a la empresa el DNI o pasaporte, el ticket de vuelo y una hoja de autorización y Airning se encarga de toda la gestión. L'usuario puede recibir entre 250 y 600 euros de indemnización si se encuentra ante una situación de este tipo. "Nuestro objetivo es acompañar al pasajero antes, durando y después de su incidencia aérea", apunta el emprendedor.
Un negocio muy escalable en todos los países europeos
La startup trabaja con usuarios de todo el mundo, puesto que siempre que uno quiere salga de algún país de la Unión Europea (UE) a cualquier destino es válido para ser reclamado, así como cualquier pasajero de fuera de la UE que vuele con compañías europeas. Además, Airning ha estandarizado el proceso de reclamación, es decir, que los trámites para reclamar sean válidos por todas las aerolíneas.
El 65% de los clientes de Airning son españoles o de habla hispánica y el resto son clientes europeos, principalmente de los Países Bajos, Francia y el Reino Unido. En los últimos 10 meses, la startup ha facilitado unas 3.500 quejas y ha gestionado reclamaciones por más de medio millón de euros.
Por cada reclamación resuelta con éxito, Airning se lleva una comisión del 25% de la cantidad recuperada. "Aplicamos una política de no win, no fee, porque consideramos que el pasajero ya ha sufrido suficientes dolores de cabeza con el retraso o la cancelación porque tenga que pagar por avanzado por nuestros servicios", señala Fajardo.
Fajardo: "La gente está más preocupada para llegar a su destino de vacaciones que al pensar a reclamar"
La startup, ubicada a la incubadora Almogávares Business Factory de Barcelona Activa, se ha financiado con recursos propios y con dos rondas de financiación, la primera de FFF (Family, Friends and Fools) y la segunda de la mano de un inversor privado, con la cual consiguieron una ampliación de capital de 105.000 euros. Aún así, la empresa quiere buscar una tercera ronda de financiación que los permita llegar al máximo número de pasajeros posibles.
De cara al 2018, Airning prevé duplicar el número de usuarios actuales, "a pesar de que creemos que será relativamente sencillo por el funcionamiento actual de las aerolíneas", apunta Trallero. Además, la empresa también quiere darse a conocer en otros países y tener representación física no sólo en Barcelona, así como abrir nuevas líneas de negocio como podrían ser los seguros. "La ventaja de nuestro negocio es que operamos bajo una legislación unificada en toda Europa, por el que es bastante sencillo escalar el negocio y abrirnos a nuevos mercados europeos", concluye el emprendedor.