He de reconocer que la cuarentena me está llevando a consultar mis redes sociales por encima de mi media, que no es cualquier cosa. Por que sí, supero con creces las 150 veces al día. Me pregunto si habrá quien no lo supere…En mi hiperconectividad de ayer me llamaron especialmente la atención dos publicaciones, entre los cientos que debí escanear (decir que las leí sería mentir).
"Tengo que reconocer que la cuarentena me está llevando a consultar mis redes sociales por encima de mi media. Sí, supero de largo las 150 veces al día"
Lucas García, CEO en SocialMood, planteaba en Linkedin que sufre de FOMO desde que estamos confinados, que no puede estar sin consultar Twitter por si se pierde algo. Otro como yo… Lucas apuntaba que se nos está yendo de las manos este cambio brutal en los hábitos de confinamiento porque estamos “consumiendo más información que nunca, más bulos que nunca, más oportunismo que nunca”. Por si fuera poco, vivimos bombardeados de cursos online, masterclasses –online-, podcasts, ebooks gratuitos… Creo que a nadie se le escapa que podríamos estar ocupados las 24 horas del día sin levantar la cabeza de la pantalla consumiendo todas las propuestas que nos llegan, y quizás un poco de “il dolce fare niente” no sería una mala idea. Quien se lo pueda permitir, claro está.
En una de las incontables veces que entré en Twitter, fue Carlos Blanco, conocido emprendedor e inversor quien captó toda mi atención con este tuit:
¿En qué sectores y tipo de startups creéis que la crisis #Covid19 les beneficiará y los VC’s e inversores deberíamos priorizarlos? Hablo de nuevas inversiones, no de seguimiento del portfolio previo.
51 respuestas a ese tuit entre las que se pueden encontrar todo tipo de propuestas basadas en tecnología, pero con mirada sesgada de profesora solo leí las que hacían referencia a la educación online. Y es que si algo se está viendo en estos pocos días que llevamos de crisis sanitaria es la cantidad de empresas que se han dado cuenta de que cuando baja la marea, no llevan bañador. O lo que es lo mismo, que no tienen un plan de formación online y ahora es una carrera contrarreloj para tapar lo que el bañador deja al descubierto.
Blanco: "En qué sectores y tipos de startups creéis que la crisis #Covid19 les beneficiará y los VC's e inversores tendríamos que priorizarlos? Hablo de nuevas inversiones, no de seguimiento del portfolio previo?"
Por eso, las escuelas de negocio especializadas que ofrecen plataformas de formación para que las compañías monten sus propias escuelas online, han pasado de 1 a 100 peticiones en dos días; por eso los alumnos activos en las empresas que ya tenían su operativa de e-learning en marcha han duplicado los alumnos activos en sólo dos días. Por eso, la venta de cursos online de trabajo remoto, de productividad, de competencias digitales se han multiplicado por 4 desde el viernes pasado.
Todos, trabajadores y empresas quieren aprender y rápido. Quieren ponerse al día porque se dan cuenta de que están desnudos. Y ahí está la tecnología, las plataformas digitales para dar las soluciones necesarias.
El síndrome del explorador, aquel que nos hace a muchas ser adictas al aprendizaje, no va en el temario de los cursos online de las corporaciones. El síndrome del explorador no se compra. Pero se puede inocular. Para ello va a hacer falta, además de las plataformas digitales con sus amplios catálogos de cursos, concienciar a empresas y profesionales de la necesidad del aprendizaje continuo.
"El síndrome del explorador, aquella que nos hace a muchas ser adictas al aprendizaje, no va en el temario de los cursos online de las corporaciones. El síndrome del explorador no se compra. Pero se puede inocular"
Pero siento decir que el cambio no va a ser ni tan rápido ni tan efectivo. Porque igual que cuando hablamos de que las transformación digital de las compañías ha de ser cultural primero o no será, en la formación online, también.