No sólo los estudiantes marchan de Erasmus. Ya hace años que los emprendedores también pueden hacerlo gracias al programa Erasmus for Young Entrepreneurs que impulsa la Comisión Europea. De este modo, jóvenes que tengan un plan de empresa pueden hacer estancias de hasta seis meses en alguna compañía de todo el continente para vivir desde dentro de las experiencias otros emprendedores. La Mertxe Paris, fundadora de Mosaicos Libros, participó el 2013. "Lo encontré por casualidad cuando estaba en Barcelona Activa haciendo el plan de empresa", reconoce. Y es que a pesar de la experiencia positiva de la gran mayoría de los que participan, sigue siendo un programa bastante desconocido.
Un aprendizaje de dos vías
"Si pudiera volvería a hacer otro", confiesa la Mertxe a VÍA Emprendida. Ella marchó a Oxford para trabajar a Barefoot Books, una editorial infantil y juvenil donde pudo vivir desde dentro de la realidad de un sector donde mira de hacerse un lugar. "Me sirvió para abrir y coger seguridad. Fue un empujón", recuerda. Una experiencia que no duda a recomendar, convencida de cómo de positivo es para "cualquier persona salir afuera a ver qué se hace en su sector".
Según la fundadora de Mosaicos Libros, Erasmus for Young Entrepreneurs "te ayuda a ver diferentes mundos dentro de la empresa y la emprendeduría. Todos tenemos momentos de duda sobre la inseguridad de emprender y Erasmus va muy bien para sentirte más seguro". Al fin y al cabo, insiste, "entras en contacto con empresas consolidadas de tu sector".
Paris: "Es bueno para cualquier persona salir afuera a ver qué se hace en su sector"
En Inglaterra, Paris se dedicó a gestionar "derechos internacionales y su parte de edición dedicada al público latinoamericano de los Estados Unidos". La emprendedora asegura que "nunca había trabajado tanto". Una dedicación acentuada por el esfuerzo añadido de la lengua. "Pensaba que tenía un nivel aceptable de inglés, pero una cosa es menearse por el país y la otra es trabajar en edición", constata.
Pero si hay emprendedores que viajan, también hay empresas que acogen. Una de las que recibe jóvenes con empujón en Barcelona es Betahaus. Su cofundador, Edu Forte, explica a VÍA Emprendida que ya han acogido ocho. "Nos hemos apuntado porque cuando empezamos la empresa estábamos buscando becarios, pero no queríamos alguien que viniera sólo para cumplir horas de la Universidad", remarca.
En Alemania, donde tienen otra sede, ya estaban usando el programa y "los funcionaba muy bien". Según Forte, convertirse en huestes del programa europeo resulta ideal para poder contar con "un tipo de perfil diferente. Es una persona que tiene un interés mucho más profundo sobre tu empresa". Además, resalta, la relación se convierte en "una comunicación de dos vías, entre el que le enseñes y el que aprendes de ella".
La principal ventaja, apunta Forte, es "la experiencia de esta persona. Alguien que forma parte de este programa tiene un perfil emprendedor, es alguien que quiere montar su empresa y necesita aprender herramientas". Al fin y al cabo, ellos no dejan de ser una startup y el cofundador de Betahaus reconoce que "he aprendido mucho la gente que hemos recibido. Tuvimos un italiano que era muy bueno en ventas. Yo pensaba que sabía mucho, pero con él vi nuevas maneras para hacerlo".
Forte: "Alguien que forma parte de este programa tiene un perfil emprendedor, es alguien que quiere montar su empresa y necesita aprender herramientas"
Una buena selección
A pesar de todo, Mertxe Paris recuerda que el proceso antes de marchar fue largo. "Me preocupaba que el lugar donde fuera me sirviera realmente por algo". A pesar de que el programa ofrece una bolsa de empresas acogedoras, Paris "no encontraba ninguno que encajara con mi perfil". En su caso, buscaba una editorial especializada en literatura infantil y contactó con diversas que le gustaban. Una de las que respondieron era Barefoot Books, donde "no tenían ni idea del programa. Cogí un vuelo y me fui a Oxford a explicárselo".
En su caso, tenía claro que "frente a frente sería la única manera de ver si había feeling. Cómo que me quería llevar la familia era una inversión importante que se tenía que asegurar". Por todo ello, la responsable de Mosaicos Libros advierte que el programa "es positivo si haces un trabajo previo para asegurar donde vas. Si no, corres el riesgo de estar tres meses haciendo fotocopias, pero depende del nivel de exigencia de cada cual". En Oxford, celebra, "conseguí una serie de contactos internacionales que no habría conseguido nunca".
Paris: "Conseguí una serie de contactos internacionales que no habría conseguido nunca"
A Betahaus, expone Edu Forte, "sempleo hemos recibido un perfil digital muy relacionado al que hacemos". Eso sí, han pasado "desde diseñadores gráficos a gente muy buena en ventas y últimamente una chica que ha estudiado Recursos Humanos". Todo ello con una diversidad de nacionalidades que "también aporta una variedad en el background cultural".
Requisitos y confusiones
"Porque te den Erasmus tienes que acabar el plan de empresa", explica Mertxe Paris sobre uno de los requisitos del programa. Ella lo hizo con la ayuda de Barcelona Activa y la Cámara de Terrassa. Justo es decir que las Cámaras como la vallesana y la de Barcelona son las intermediarias del programa a nuestro país.
Un programa con un nombre que, coinciden Paris y Forte, despista un poco. Y es que Erasmus for Young Entrepreneurs no tiene ninguna relación con el programa por universitarios que este año celebra su 30è aniversario. "La palabra Erasmus confunde un poco porque la tenemos muy vinculada al tradicional de los estudiantes", dice Edu Forte.
Forte: "Aporta una variedad en el background cultural"
Una confusión que quizás explica por qué "se conoce poco" el que va destinado a emprendedores. Para Mertxe Paris, además, "coge un momento donde los emprendedores están tan capficats que abrir un nuevo frente cuesta un poco, pero es muy recomendable".
Para encontrar algún punto de mejora, la fundadora de Mosaicos Libros apunta al hecho que la ayuda económica que aporta la Comisión Europea a los participantes se entregue en mitad de la estancia y a su final. "Entiendo que se hace para evitar los avispados, pero estaría bien que fuera como un sueldo mensual". Normalmente, apunta, "desde aquí vamos a países con un coste de vida más elevado y si no tienes una mínima almohada económica detrás es difícil hacerlo".