El sharing es el símbolo de la economía colaborativa aplicada a las empresas. Lo venden como un win-win: gana quién comparte su bien de consumo (sea un coche, un piso o una camiseta) y gana quién lo alquila a un coste reducido para una ocasión concreta. Hay un tercer elemento invisible que da un valor añadido, que es la sostenibilidad de la iniciativa que subyace detrás del hecho que compartimos y no compramos nuevos productos. A la movilidad ya se está aplicando bastante, pero faltaba un elemento clave: compartir motos. Es el nicho donde se ha clavado el startup castellonense Momoven, con sede a Lanzadera (Valencia).
"La empresa nace de una necesidad personal. Yo estaba haciendo un máster de dirección de empresas a la universidad y tenía la moto parada en casa. Conocía las plataformas de alquiler de coches y empecé a buscar una de motos para ganar un dinero extra. No encontré nada", explica el CEO de Momoven, el ingeniero David Berbel. Se lo comentó a Pablo Carceller, el actual CMO y licenciado en ADE, y decidieron montárselo ellos con una inversión inicial de unos 40.000 euros de fondos propios.
Del programa Youth del Banco Santander a Lanzadera
Entraron al programa Youth del Banco Santander y el primer obstáculo fue encontrar una compañía de seguros que cubriera las motos de alquiler. Después de muchas entrevistas durante casi un año, consiguieron un buen contrato con Allianz: ofrece una póliza a los propietarios a todo riesgo, hasta 28.000 euros en caso de accidente y 22.000 euros en caso de robo.
Cerrada esa parte, empezaron a trabajar con las primeras campañas de marketing porque los propietarios registraron algunas motos para lanzar la plataforma con contenido. Momoven empezó a operar el diciembre de 2018 a Lanzadera, que los ha aportado "una oficina con todo un ecosistema de emprendedores", un director de proyectos personal, un importante departamento de comunicación y estar "bajo el paraguas de Juan Roig" y de su "modelo de calidad total". "Nos permite contagiarnos de un modelo de negocio que ha funcionado", afirma Berbel.
El propietario de una moto es más pasional y celoso que el de un coche
Desde Momoven tienen claro que el propietario de una moto es muy diferente del de un coche, puesto que es más pasional y celoso, la cuida "como si fuera un tesoro". "El paradigma habitual es: mi moto no se deja", asegura Berbel. Aún así, están consiguiendo romper barreras y miedos iniciales gracias al caramelo de las ganancias: "Puedes alquilar la moto por unos 80 o 90 euros al día. Te ha costado unos 9.000 euros y le sacas casi el mismo beneficio que a un piso a Airbnb, por el que has pagado 200.000 euros". Además, apunta que "es muy importante el vínculo que se crea entre el propietario y el usuario", porque lo entrega de las claves se hace en persona, se ven frente a frente y se genera "una confianza muy buena".
El perfil del usuario de motos de alquiler también cambia. "Nos dirigimos más al ocio. No es tanto una alternativa de movilidad, como el coche, sino que es una opción para personas que han vendido su moto y quieren probar otra de diferente o hacer una ruta para disfrutar durante el fin de semana", explica Berbel. Por eso, a pesar de que hay registradas motos tipos scooter, la gran mayoría son de gran cilindrada. Operan por todo el estado español.
Ya tiene 3.000 usuarios y 900 motos registradas
El CEO de Momoven cuenta que sus competidores serían, por un lado, las empresas de alquiler tradicional que operan, sobre todo, a las capitales de provincia, y los alquileres a los concesionarios de las marcas. "Pero son más caras y los seguros no ofrecen el mismo. Pueden costar entre 150 y 200 euros", asegura. Por otro lado, la competencia directa se llama Moto Share: se trata de una empresa holandesa que empezó a trabajar en el estado español hace cinco meses y que funciona igual que Momoven. "Es competencia, pero también es otra empresa que evangeliza con el sistema de alquiler de motos entre particulares", apunta Berbel.
Momoven tiene ahora unos 3.000 usuarios y 900 motos registradas y durante 2019 se han efectuado alrededor de 200 alquileres. Hace unas semanas cerraron la primera ronda de inversión de 80.000 euros, que esperan que sea un "pulmón" para seguir emprendiendo acciones de marketing y crecer al ritmo que quieren: esperan cerrar el año con 5.000 usuarios, más de mil motos y superar los 400 alquileres. Son ambiciosos. Para el año que viene, si consiguen la inversión suficiente, ya miran hacia la internacionalización.