Los productos 'sin' ya son omnipresentes a los lineales de los supermercados. Se pueden encontrar leches sin lactosa, harinas sin gluten y dulces sin azúcar, pero también carnes, pastas, bebidas y otros alimentos sin conservantes, aditivos, alcohol y con el sello de ecológico. Y el siguiente será el halal. Se estima que la demanda de estos productos crece a un ritmo del 20% y mueve unos 1.600 billones de dólares anuales al mundo, una cifra superior a la del consumo total de la China, según la organización Alimentaría.
En España este impacto se encuentra alrededor de los 1.000 millones de euros y engloba sectores tan varios como el turismo, la moda o la cosmética, a pesar de que el agroalimentario representa el 95% del negocio. El más destacado, pero, no es que sea un nicho en potencia, sino que es la excusa perfecta para internacionalizarse y diversificar.
Sello halal y 'bio'
Al sentir la palabra halal, el más habitual es pensar en carne, pero el concepto incluye también pizzas, embutidos, vinos, cavas y bollería como las que se han presentado estos días al Halal Supermarket del salón Alimentaria, que este año organiza el primer Congreso Internacional Halal. Sus elementos comunes son que no traen cerdo, alcohol o aditivos y otros químicos o tóxicos, es decir, "cumplen unos estándares de calidad, de ética y de salud que los hacen aptos por la religión musulmana", señala la International Development Manager de Alimentaria, Meritxell Puig.
Pero más allá de las connotaciones religiosas, se trata de una filosofía muy alineada con el consumo biológico. Según el coordinador del congreso, Javier Albarracín, el 18% del halal que se consume en España no es por musulmanes, sino por "gente que tiene esta sensibilidad bio y eco". Esto hace que a comercios como El Corte Inglés se puedan encontrar productos con el sello pertinente. Ahora bien, a la sección gurmet, donde se encuentran todo tipo de alimentos considerados de más alta calidad.
Certificación válida para crecer afuera
Más allá de la sensibilidad del consumidor, hay otras variables que han hecho que los productos para musulmanes estén en auge. Uno de ellos es la ya mencionada internacionalización, la estrategia que algunas compañías han aplicado para paliar los efectos de la crisis.
En este sentido, Albarracín señala la cuenca del Mediterráneo como el "primer círculo de la expansión internacional" por su proximidad con España, por el que es una respuesta bastante obvia que las compañías hayan optado para expandirse hacia el mundo musulmán. Aún así, es una decisión que comporta ciertos compromisos, empezando para incorporar nuevos productos adaptados al consumidor local en el catálogo y, seguidamente, obtener un certificado halal válido.
El organismo certificador más importante de España es el Instituto Halal, pero hay otros con presencia internacional cómo es el caso de KIWA y Halal consulting. Su trabajo es verificar que todo el proceso de producción de un alimento sigue las normas y poner el sello al embalaje porque sea visible para el consumidor. Aun así, este no es el paso más importante para exportar, el coordinador del congreso apunta el encontrar un organismo reconocido: "Si entras a un país con un certificado otorgado por alguien que no es conocido, no venderás. El país de origen tiene que conocer tu certificador y tener la seguridad de la homologación. Si no la tienes, tienes que conseguir país por país que reconozcan el sello".
Un turista generoso
El turismo es otro de los pilares del crecimiento del halal en España y el recibimiento de un turista con poder adquisitivo cómo es el que proviene del mundo árabe tiene un peso importante. Puig define estos países como "jóvenes, con natalidad alta y expectativas de crecimiento", una serie de calidades que tienen que ser decisivas para hacer crecer la demanda de productos halal y de destinos preparados para recibirlos.
Además, destaca que son zonas donde "casi no hay clase mediana", el que significa que quienes viajan son los más ricos y lo hacen sin mirar cuál es su gasto. Por lo tanto, no es de extrañar que ya haya hoteles preparados con dos plantas, una para hombres y una para mujeres, y con el Corán en la habitación, así como restaurantes con comidas pensadas para el comensal musulmán.
Un punto clave para el Mediterráneo
En España hay cerca de 300 empresas de alimentación y bebidas con certificado y el 25% se encuentra en Cataluña. Los puntos clave son la provincia de Barcelona y la misma capital, tanto por el puerto y el aeropuerto que captan turistas, como por el matadero con sello halal que hay a Mercabarna para proveer las compañías de la zona.
Todo ello es el resultado de la "proactivitat de Barcelona", considera Puig, del trabajo hecho por el tejido empresarial para convertir la ciudad "en uno en lo referente a escalera internacional". Albarracín también destaca el talento y capacidad de producción de las compañías, pero lamenta que las administraciones públicas no ayuden: "Ni la Generalitat ni el Ayuntamiento han impulsado ninguna medida especial para atraer este negocio y turismo". Destaca, pero, el interés mostrado por los departamentos de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y el de empresa y Conocimiento, quienes asegura que sí que han podido ver el potencial de producir y exportar alimentación halal.
Sea como fuere, Barcelona es un punto estratégico por el sur de Europa y por el norte del Mediterráneo, por el que puede sacar rédito económico.
Pizzas y embutidos hacia el norte de África
Francia es el país europeo que más producto halal exporta, seguido del Reino Unido, quien ostenta el título de tener más consumo interno, y España. En cuanto a destinos, Turquía y el norte de África son las más interesadas en el producto de la península. "Cada vez quieren más productos gurmet y vienen a buscarnos", constata Puig, quienes añade a la lista de mercados potenciales la reciente apertura comercial de Irán.
Una de las compañías que sabe el que significa adaptarse a un consumidor totalmente nuevo es Andreu Alimentación. Hace casi 3 años que venden pizzas de pollo, atún o cuatro quesos con el certificado halal en el Marruecos para encontrar, según el gerente de la empresa, Rafel Andreu, nuevas vías de negocio: "En España el tema de las pizzas estaba bastante saturado y vimos que era muy factible ir hacia el sur".
Su reto fue investigar nuevos formatos, nuevas combinaciones de ingredientes, encontrar proveedores halal e idear un sistema de limpieza que no trajera alcohol. Un esfuerzo importante y que no los supone una gran cifra de negocio, pero que Andreu confía que es una inversión de futuro.
Hasta entonces, el equipo está centrado a consolidar Marruecos con las pizzas que comercializan, a pesar de que no descartan ampliar la oferta: "Tenemos un equipo que trabaja constantemente e investiga nuevos proyectos, nuevas tendencias y gustos. Iremos avanzando sobre la marcha, a paso". A pesar de que en los planes de futuro a corto plazo no se encuentra Europa, no descarta que el auge del movimiento ecológico los empuje en un momento dado a intentar captar este cliente más sensible.
La lista de quienes han apostado por el halal también incluye grandes marcas como Freixenet, Torres o Argal. Esta última tiene más experiencia que Andreu Alimentación, cerca de dos décadas, pero con el mismo objetivo que la pyme: "Estrategia de diversificación de productos para encontrar nuevos mercados y negocios que hoy en día no existen". habla el Intenational Sales and Marketing Manager, Esteban Escuer, quien explica a VÍA Emprendida que operan al norte de África a través de un único distribuidor.
Escuer destaca que la expansión en estos países los da una mejora en cuestión de productividad: "Nos permite mover volúmenes más grandes de producción y tener sinergias con las fábricas". Y es que la producción es toda española, sólo se plantean trabajar con algún partner en el caso de lograr otros mercados. Una variable que esperan conseguir, puesto que sus previsiones son de "gran crecimiento en los próximos años". Y si la situación es tan favorable para el halal, veremos pronto el mismo con la certificación Kosher?
En España este impacto se encuentra alrededor de los 1.000 millones de euros y engloba sectores tan varios como el turismo, la moda o la cosmética, a pesar de que el agroalimentario representa el 95% del negocio. El más destacado, pero, no es que sea un nicho en potencia, sino que es la excusa perfecta para internacionalizarse y diversificar.
Sello halal y 'bio'
Al sentir la palabra halal, el más habitual es pensar en carne, pero el concepto incluye también pizzas, embutidos, vinos, cavas y bollería como las que se han presentado estos días al Halal Supermarket del salón Alimentaria, que este año organiza el primer Congreso Internacional Halal. Sus elementos comunes son que no traen cerdo, alcohol o aditivos y otros químicos o tóxicos, es decir, "cumplen unos estándares de calidad, de ética y de salud que los hacen aptos por la religión musulmana", señala la International Development Manager de Alimentaria, Meritxell Puig.
Pero más allá de las connotaciones religiosas, se trata de una filosofía muy alineada con el consumo biológico. Según el coordinador del congreso, Javier Albarracín, el 18% del halal que se consume en España no es por musulmanes, sino por "gente que tiene esta sensibilidad bio y eco". Esto hace que a comercios como El Corte Inglés se puedan encontrar productos con el sello pertinente. Ahora bien, a la sección gurmet, donde se encuentran todo tipo de alimentos considerados de más alta calidad.
Certificación válida para crecer afuera
Más allá de la sensibilidad del consumidor, hay otras variables que han hecho que los productos para musulmanes estén en auge. Uno de ellos es la ya mencionada internacionalización, la estrategia que algunas compañías han aplicado para paliar los efectos de la crisis.
En este sentido, Albarracín señala la cuenca del Mediterráneo como el "primer círculo de la expansión internacional" por su proximidad con España, por el que es una respuesta bastante obvia que las compañías hayan optado para expandirse hacia el mundo musulmán. Aún así, es una decisión que comporta ciertos compromisos, empezando para incorporar nuevos productos adaptados al consumidor local en el catálogo y, seguidamente, obtener un certificado halal válido.
Embutido expuesto al Halal Supermarket y adapat al consumidor musulmán. A. Corón |
El organismo certificador más importante de España es el Instituto Halal, pero hay otros con presencia internacional cómo es el caso de KIWA y Halal consulting. Su trabajo es verificar que todo el proceso de producción de un alimento sigue las normas y poner el sello al embalaje porque sea visible para el consumidor. Aun así, este no es el paso más importante para exportar, el coordinador del congreso apunta el encontrar un organismo reconocido: "Si entras a un país con un certificado otorgado por alguien que no es conocido, no venderás. El país de origen tiene que conocer tu certificador y tener la seguridad de la homologación. Si no la tienes, tienes que conseguir país por país que reconozcan el sello".
Un turista generoso
El turismo es otro de los pilares del crecimiento del halal en España y el recibimiento de un turista con poder adquisitivo cómo es el que proviene del mundo árabe tiene un peso importante. Puig define estos países como "jóvenes, con natalidad alta y expectativas de crecimiento", una serie de calidades que tienen que ser decisivas para hacer crecer la demanda de productos halal y de destinos preparados para recibirlos.
Además, destaca que son zonas donde "casi no hay clase mediana", el que significa que quienes viajan son los más ricos y lo hacen sin mirar cuál es su gasto. Por lo tanto, no es de extrañar que ya haya hoteles preparados con dos plantas, una para hombres y una para mujeres, y con el Corán en la habitación, así como restaurantes con comidas pensadas para el comensal musulmán.
Un punto clave para el Mediterráneo
En España hay cerca de 300 empresas de alimentación y bebidas con certificado y el 25% se encuentra en Cataluña. Los puntos clave son la provincia de Barcelona y la misma capital, tanto por el puerto y el aeropuerto que captan turistas, como por el matadero con sello halal que hay a Mercabarna para proveer las compañías de la zona.
Todo ello es el resultado de la "proactivitat de Barcelona", considera Puig, del trabajo hecho por el tejido empresarial para convertir la ciudad "en uno en lo referente a escalera internacional". Albarracín también destaca el talento y capacidad de producción de las compañías, pero lamenta que las administraciones públicas no ayuden: "Ni la Generalitat ni el Ayuntamiento han impulsado ninguna medida especial para atraer este negocio y turismo". Destaca, pero, el interés mostrado por los departamentos de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y el de empresa y Conocimiento, quienes asegura que sí que han podido ver el potencial de producir y exportar alimentación halal.
Sea como fuere, Barcelona es un punto estratégico por el sur de Europa y por el norte del Mediterráneo, por el que puede sacar rédito económico.
Pizzas y embutidos hacia el norte de África
Francia es el país europeo que más producto halal exporta, seguido del Reino Unido, quien ostenta el título de tener más consumo interno, y España. En cuanto a destinos, Turquía y el norte de África son las más interesadas en el producto de la península. "Cada vez quieren más productos gurmet y vienen a buscarnos", constata Puig, quienes añade a la lista de mercados potenciales la reciente apertura comercial de Irán.
Una de las compañías que sabe el que significa adaptarse a un consumidor totalmente nuevo es Andreu Alimentación. Hace casi 3 años que venden pizzas de pollo, atún o cuatro quesos con el certificado halal en el Marruecos para encontrar, según el gerente de la empresa, Rafel Andreu, nuevas vías de negocio: "En España el tema de las pizzas estaba bastante saturado y vimos que era muy factible ir hacia el sur".
Andreu Alimentación distribuye pizzas de pollo, atún o queso, entre otros. ACN |
Su reto fue investigar nuevos formatos, nuevas combinaciones de ingredientes, encontrar proveedores halal e idear un sistema de limpieza que no trajera alcohol. Un esfuerzo importante y que no los supone una gran cifra de negocio, pero que Andreu confía que es una inversión de futuro.
Hasta entonces, el equipo está centrado a consolidar Marruecos con las pizzas que comercializan, a pesar de que no descartan ampliar la oferta: "Tenemos un equipo que trabaja constantemente e investiga nuevos proyectos, nuevas tendencias y gustos. Iremos avanzando sobre la marcha, a paso". A pesar de que en los planes de futuro a corto plazo no se encuentra Europa, no descarta que el auge del movimiento ecológico los empuje en un momento dado a intentar captar este cliente más sensible.
La lista de quienes han apostado por el halal también incluye grandes marcas como Freixenet, Torres o Argal. Esta última tiene más experiencia que Andreu Alimentación, cerca de dos décadas, pero con el mismo objetivo que la pyme: "Estrategia de diversificación de productos para encontrar nuevos mercados y negocios que hoy en día no existen". habla el Intenational Sales and Marketing Manager, Esteban Escuer, quien explica a VÍA Emprendida que operan al norte de África a través de un único distribuidor.
Escuer destaca que la expansión en estos países los da una mejora en cuestión de productividad: "Nos permite mover volúmenes más grandes de producción y tener sinergias con las fábricas". Y es que la producción es toda española, sólo se plantean trabajar con algún partner en el caso de lograr otros mercados. Una variable que esperan conseguir, puesto que sus previsiones son de "gran crecimiento en los próximos años". Y si la situación es tan favorable para el halal, veremos pronto el mismo con la certificación Kosher?
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