Decía Richard Branson que el equipo es lo más importante en una empresa, y tenía razón. Un equipo contento y eficaz puerta a un negocio sano e innovador; y este aporta valor y felicidad al cliente. De hecho, así como en un avión tienes que ponerte la mascareta tú antes de que no tus hijos, a la empresa, te tienes que cuidar primero tú y los tuyos, para poder servir los otros.
Pero, porque la gestión del talento es algo que siempre quita el sueño el empresario?
Pues, simplemente, porque parte de dos premisas falsas:
La primera es que hay que fichar los mejores. Hablábamos en un artículo anterior del anuncio que Sir Ernest Shackleton publicó al diario a finales del siglo XIX para una expedición. El anuncio hacía así: "Se buscan hombres para expedición peligrosa. Sois bajo, frío extremo, largos meses en completa oscuridad, peligro constante, no se garantiza el regreso. Honores y reconocimiento en caso de éxito". Cinco mil personas se presentaron, 27 de ellas fueron elegidas y todas ellas llegaron a buen puerto, a pesar de los incidentes que sufrieron. Y esto lo consiguieron, no porque fueran los mejores, sino porque eran los adecuados por el puesto de trabajo. Eran candidatos que aceptaban los riesgos y se movían por el honor y el reconocimiento que recibirían en caso de salirse. A la empresa, igual que a la expedición de Sir Shackleton, hay que encontrar la gente adecuada por el puesto de trabajo, y no los técnicamente mejores. Sólo así todo el mundo se implicará en la estrategia.
Y la segunda premisa falsa es que hay que motivar el equipo. La realidad es que la gente tiene que venir motivada de casa y tú, como empresario, puedes desmotivar si no atienes las necesidades de aquellos que se implican en el éxito del equipo. Si tienes un trabajador desmotivado y le prestes demasiada atención, estarás centrando tus esfuerzos en tus debilidades, el que, como mucho, te dejará igual como estabas. Si quieres mejorar, hace falta que te centres en tus fortalezas si, por lo tanto, atiendas los más comprometidos, para aprovechar todo el talento.
Y, esto, lo harás centrándote en tres aspectos que harán de tu empresa un polo de atracción y retención de talento:
1. Creando un entorno saludable, basado en una estrategia clara, unas reglas definidas y una apertura constante a las ideas de mejora.
2. Trabajando a promover liderazgos intermedios, que te permitan construir un equipo eficaz y comprometido con unos sistemas pensados para ser productivos y felices al puesto de trabajo.
3. Premiando la motivación de manera tangible (retribución, carrera, horario...) e intangible (relaciones, agradecimientos, confianza...).
Y, todo esto, teniendo en cuenta que el talento es un objetivo en movimiento y que, por lo tanto, no te tienes que frustrar si el que antes funcionaba ahora no lo hace. Tendrás que mejorar el en torno a trabajo y las recompensas de manera continuada, sabiendo que el talento que atraerás y retendrás no será siempre el mismo.
Y tú, a tu empresa, que haces para atraer y retener talento?