Hoy en día hablamos de talento y cuán importante es reclutar, “retener” y contribuir al desarrollo del talento en las empresas. En el caso del sector turístico, sector de servicios y experiencias, contar con personal y directivos talentosos es aún, si cabe, más importante.
"La guerra por el talento, fenómeno que se inicia en EEUU a finales de los 90, está aquí para quedarse"
La guerra por el talento, fenómeno que se inicia en EEUU a finales de los 90, está aquí para quedarse. La escasez de talento es un reto mundial. Un reto globalizado que afecta a todos los países y que en el año 2018 alcanzó el pico más alto de los últimos 12 años, un 45%, según ManPower Group.
Pero, ¿qué significa talento? David Ulrich, académico pionero del tema, lo define como el resultado de la competencia profesional, multiplicada por el compromiso y por la contribución a la empresa. Las empresas han de comprometer a sus empleados, que no significa “retenerlos”. El talento no puede ni debe ser retenido. No osemos intentarlo y menos aún si aspiramos a sumar a las generaciones Millennial o Z a nuestros proyectos. Podemos, en el mejor de los casos, aspirar a comprometer el talento.
El turismo es un sector de personas y las personas somos diversas. Una cultura empresarial inclusiva con valores de diversidad afianzará este compromiso. Valores inclusivos, promovidos por la cultura corporativa, que impulsen igualdad de oportunidades y no discriminen por género, cultura, edad, religión, necesidades especiales, etc. Estas empresas no sólo son más sostenibles, sino que son más atractivas y rentables. Estudio tras estudio demuestran que la diversidad aumenta la creatividad de los equipos y la rentabilidad de las empresas. Un informe recientemente publicado por McKinsey (2018) sobre diversidad muestra que las empresas más diversas tienen mayor capacidad para atraer a los mejores talentos, mejorar su orientación al cliente, la satisfacción de los empleados y la toma de decisiones. Si bien la justicia social y el cumplimiento legal suelen ser el disparador inicial, muchas empresas exitosas consideran la diversidad como una fuente de ventaja competitiva, y específicamente como un facilitador clave del crecimiento.
"David Ulrich define el talento como el resultado de la competencia profesional, multiplicada por el compromiso y por la contribución a la empresa"
Sin embargo, es importante señalar que gestionar la diversidad no es fácil y nos hace sentir incómodos. El MIT, en un estudio publicado en el 2018, mostraba que los equipos diversos superaban a los equipos homogéneos en términos de rendimiento, pero... los equipos homogéneos afirmaban sentirse mejor durante el proceso de trabajo, sin embargo, perdían. Mientras que los equipos diversos comentaban encontrarse mal durante el proceso de trabajo conjunto hasta el momento de finalizar y alcanzar el objetivo. Por lo tanto, hemos de aprender a sentirnos cómodos en la incomodidad y abrazar la diversidad porque el resultado final siempre será mejor, aunque el camino cueste.
Hay Pymes del sector turístico que están implementando políticas de diversidad. Buenas prácticas a observar y en las que será interesante medir resultados a futuro: Kuoni Destination Management (género), Soho House Barcelona con su proyecto Hub Impact y Gender Pay Gap (intergeneracional y género) o el Hotel Barcelona Princess (inclusión). El caso de este último es especialmente destacable dado que la apuesta por la diversidad ha trascendido sus puertas, dando pie a la creación de la asociación sin ánimo de lucro Barcelona Forum District, formada por 38 socios, empresas y entidades, que ofrecen oportunidades laborales a personas en situación económica y social vulnerable.
"Hay pymes del sector turístico con políticas de diversidad: Kuoni Destination Management (género), Soho House Barcelona con Hub Impact y Gender Pay Gap (intergeneracional y género) o el Hotel Barcelona Princess (inclusión)"
La diversidad y la igualdad no han de ser prioridades para las empresas; han de ser los valores que las guíen. Las prioridades cambian, los valores se mantienen. Al final del día se trata de respetar las fortalezas individuales y crear un espacio de colaboración y empatía. Esto conduce a una cultura de pertenencia e inspira al talento a ser la mejor versión de sí mismos. Y siendo su mejor versión, se compromete con la empresa. Dejemos ya la guerra por el talento y construyamos los cimientos para que el talento encuentre paz en nuestras empresas.