Desde que hace una semana un periodista se coló en una videoconferencia secreta de ministros de defensa de la UE la pregunta retórica de "¿Quién vigila a los que nos vigilan?" ha dejado de ser retórica y ha cogido un nuevo significado.
El periodista neerlandés especializado en tecnología Daniël Verlaan, de la cadena holandesa RTL Nieuws, vio un tweet de la ministra de defensa neerlandesa Ank Bijleveld con una captura de la pantalla de su ordenador donde se veía la dirección de la videoconferencia con parte del código de acceso. Al cabo de poco ya saludaba a tan distinguida y secreta audiencia a la vez que mantenía corta pero sentida conversación con el inefable jefe de la diplomacia europea Josep Borrell. El incidente demuestra muchas cosas y ninguna buena.
La primera es que el jefe de la diplomacia europea tiene un nivel de inglés de P3. La política española nos tiene acostumbrados que para presidirla no hay que saber idiomas pero uno esperaría que la oferta de trabajo de jefe de la diplomacia europea incluyera el nivel alto de inglés. Se ve que no. Nada más iniciar la conversación Borrell volvió a recurrir a su ya clásico "Stop it" que ya había utilizado en su célebre entrevista "Stop the record" (sic) a la Deutche Welle. La aportación esta vez a la lengua de Sid Vicious fue la anglo-pallarés "Who is you?" que dirigió a Daniël como bienvenida. Para evitar situaciones como esta, a Borrell le recomendaría que hiciera como la alcaldesa de Barcelona y que en vez de usar el inglés usara directamente el castellano "para que le entienda todo el mundo". Al fin y al cabo, si Ada Colau lo hace en su Instagram privado más lo puede hacer Borrell en un encuentro secreto de ministros europeos, que todavía debe de ser más privado.
En todo caso si no es más privada es porque hay gente que no tiene nada en la cabeza. Publicar las credenciales de acceso de una videoconferencia privada en Twitter para alimentar el ego ya te califica como "cap de fava" que diría Llull. Si además tienes responsabilidades a nivel europeo todavía más, y si eres el ministro de Defensa de un Estado y la conferencia es secreta y sobre seguridad, ya das el tumbo al marcador. Una vez más se demuestra que el eslabón más débil de la seguridad es la estupidez humana. Me hace pensar en las veces que he visto las llaves maestras del programa gestor de contraseñas de toda una organización internacional apuntadas en notas en Google Drive compartidas con los becarios que acaban de llegar.
Todo esto podría quedar en anécdota sino fuera por el colofón de todo, con protagonismo, está claro, de nuestro Borrell. El breve intercambio de palabras con el periodista holandés fue así:
-JB: “Sombody has (a)gone into the system". (sic)
-JB: “We have to stop it".
-JB: “Who is you?” (sic)
-JB: “General you are perfectly right, we have to invest in secrecy.”
-Josep Borrell: “How are you?”
-Daniël Verlaan: “Fine, fine, how are you?”
-Josep Borrell: “You know that you have been jumping into a secret conference.”
-Daniël Verlaan: ”Yes, yes. I'm sorry. I'm a journalist from the Netherlands. I'm sorry for interrupting your conference.” (riure dels presents)
-Daniël Verlaan: “I’ll be leaving here.”
-Josep Borrell: “You know it's a criminal offence, huh?. You'd better sign off quickly before the police arrives, huh?”
-Daniël Verlaan: “Bye bye”.
Además del habitual tono amenazante de Borrell, con el comodín de la policía al final incluido, lo más preocupante de todo es el apunte que le hace a un general al detectar la intromisión: "General tenía razón, tenemos que invertir más en 'secretismo' (sic)" (seguramente se quería referir a privacidad o seguridad). En definitiva que el analfabetismo digital de nuestros altos representantes lo taparemos con más seguridad. Y esto lo deciden un general, un ex-ministro a quién estafaron 150.000 euros en línea y una ministra con ganas de aparentar en Twitter. Todo en orden.