A la segunda mitad del siglo XX, profesionales emprendedores surgidos de la generación baby-boom, aprovechando la coyuntura económica de desarrollo creciente y de apertura a realidades y mercados internacionales, y con vocación personal de independencia y motivación para crear proyectos propios, fundaron despachos profesionales en todos los ámbitos de servicios: financieros, jurídicos, vinculados a la salud, inmobiliarios, ingeniería y urbanismo, auditoría, consultoría,... Despachos que con diferentes dimensiones, han acontecido marcas y han consolidado estructuras empresariales de servicios.
"El inexorable y natural ciclo biológico y psicológico, la profunda disrupción tecnológica y digital, los previsibles cambios inmediatos también en los modelos de negocio, comportan que muchos fundadores se planteen su relevo"
Aquellos fundadores, hoy se encuentran en la franja de los 55 a los 70 años, y la mayoría todavía lideran sus despachos y empresas, asumiendo las funciones básicas de expertesa técnica, dirección del negocio y titularidad del capital. Estas organizaciones hoy disponen de equipos profesionales intergeneracionales, y con diferentes niveles de expertesa, conviviendo los de origen puramente analógico hasta los plenamente nativos digitales.
El inexorable y natural ciclo biológico y psicológico, la profunda disrupción tecnológica y digital, los previsibles cambios inmediatos también en los modelos de negocio, comportan que muchos de aquellos fundadores se planteen que ya es tiempos de afrontar su relevo, disfrutar de la merecida jubilación y recuperar la parte que los corresponde del valor que han creado. Algunas organizaciones ya disponen de un plan de sucesión formalmente diseñado preventivamente en años anteriores, otros habrán desarrollado acciones pendientes a facilitar la sucesión sin haber diseñado un plan formal específico, y también encontraremos que no se habían planteado con anterioridad este momento.
Las sucesiones se canalizan por diferentes vías, la orgánica potenciando a profesionales competentes y comprometidos con la sostenibilidad futura del proyecto o a través de opciones corporativas, vía integraciones ó alianzas con otras organizaciones que generen sinergias, pudiéndose dar también combinaciones de ambas. Cualquiera de las opciones puede ser acertada, y precisan tan determinación y prudencia como también flexibilidad y generosidad.
"Las sucesiones se canalizan por diferentes vías: orgánica, integraciones o alianzas"
En cualquier caso el éxito de la sucesión depende de diferentes factores: de una cuidadosa planificación que identifique oportunamente y cuidadosamente: fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades de unas y otras opciones; de un proceso de comunicación con todos los grupos de interés vinculados: clientes, colaboradores, instituciones, profesionales, sociedad en general, que preserve y asegure los dos activos intangibles más importante en el mundo de los servicios: la confianza y la reputación.