A partir de este lunes desaparecerá el velo mágico del Mundial de fútbol que todo lo tapaba y emergerán de nuevo con fuerza, todos aquellos temas pendientes que durante casi un mes parecía que habían desaparecido o que se habían solucionado solos. La tozuda realidad volverá a llamar con fuerza a la puerta de Can Barça, una casa que durante casi 30 días ha vivido con las persianas bajadas y las luces cerradas para que sus inquilinos actuales pudieran descansar un poco y alejarse del calor sofocante de los focos mediáticos que tanto molestan cuando no se necesitan.
No tenemos ni idea de cuántas y en qué cuestiones ha cambiado la realidad del club durante este tiempo porque, como es habitual durante el mandato de Joan Laporta, ha escaseado escandalosamente la información y solo se ha prodigado con demasiada frecuencia la propaganda. Fue de traca el anuncio reciente del acuerdo con la empresa ucraniana de criptomonedas WhiteBIT, que la convertirá en partner oficial de la entidad hasta el 30 de junio de 2025. Ni cifras, ni garantías de cobro, ni explicaciones y tampoco transparencia. La precariedad económica de la entidad lo justifica todo. ¡Y a correr!
La tozuda realidad volverá a llamar con fuerza a la puerta de Can Barça
Continuamos sin saber nada de la financiación del Espai Barça y la mayoría de socios todavía no saben desde dónde verán a su equipo la temporada que viene y eso que estamos a punto de estrenar el 2023. En un intento desesperado de aparentar que las obras avanzan, se ha desmontado el marcador y una parte de la tercera grada del gol sur del Camp Nou, con una licencia que solo autoriza ese pequeño derribo y nada más.
La realidad es que el proyecto ejecutivo para construir el nuevo estadio, con las modificaciones que ha introducido Joan Laporta respecto del proyecto inicial, todavía está por hacer y, obviamente, por aprobar. Es tanta la prisa que tiene el presidente azulgrana que se adjudicará la obra sin tener hecho y acabado el proyecto constructivo y lo más preocupante y curioso, el precio cerrado.
El club en manos de los contratistas. ¿Qué puede salir mal? Es por ello que Goldman Sachs va aportando dinero con cuentagotas, pidiendo información de manera permanente, y a medida que ve una exposición mayor al riesgo, más garantías de cobro exige. Las obras de remodelación del Camp Nou son inaplazables (el nuevo Palau Blaugrana, la nueva pista de hielo o el hotel tendrán que seguir esperando a saber cuántos años), pero ¿a qué precio y en qué condiciones le saldrá la broma al club?
Convocar una reunión, sin orden del día, para hablar de la reforma de los estatutos del FC Barcelona, una hora después de que la selección española debutara en el Mundial contra Costa Rica, consiguió que la asistencia total de socios no superara el centenar de personas. En la reunión se comentaron las aportaciones recibidas por parte de los socios para mejorar los estatutos actuales, pero no se tomó ninguna decisión.
Eso sí, aunque los hechos no inviten a creer mucho en las palabras, la vicepresidenta Elena Fort repitió por enésima vez el mantra que dice que "el Barça no será nunca una sociedad anónima mientras nosotros seamos los responsables del Club". Pero curiosamente, como quien no quiere la cosa, recordó que hay una puerta abierta a la S.A.: "que la Unión Europea nos obligue". Nosotros no queremos, pero no nos dejan otra vía. La culpa es de Bruselas. ¡Ah, caramba!
Goldman Sachs va aportando dinero con cuentagotas
También la efervescencia del Mundial tapó la abnegada labor del compliance del Club, Sergi Atienza, exactivista en Twitter de la causa laportista y vecino de despacho del actual presidente azulgrana, que se vio obligado a abrir una meteórica investigación y a emitir un comunicado a toda castaña para desmentir que la empresa de intermediación de jugadores del hijo de Joan Laporta participa en fichajes del club, tal y como aseguraban diferentes informaciones periodísticas. No sabemos qué grado de tranquilidad y convicción habrán conseguido transmitir las conclusiones de Atienza entre la masa social del FC Barcelona.
Para no hacerlo más largo, nos acabaremos fijando en una información de RAC1, hecha pública durante el Mundial, que seguro que ganará relevancia en los próximos días, una vez acabada esta competición, y que no es nada tranquilizadora. A día de hoy, el Barça no puede hacerle ficha del primer equipo a Gavi porque el club tiene el fair play excedido y no tiene margen salarial suficiente. También se tiene que actualizar el contrato de Araujo, hacer ficha del primer equipo a Iñaki Peña o renovar a Alejandro Balde y parece que está todo por hacer.
Laporta sabe que sigue contando con la confianza ciega de la mayoría de socios y socias del Club, especialmente los más jóvenes, y por eso no se inmuta nada ante algunas situaciones que les habrían indignado y quizás habrían denunciado en otros momentos, pero que ahora prefieren pensar que no pasan o que no son tan graves como algunos quieren ver. Quien Mundial pasa, años empuja. Tiempo al tiempo.