Hace pocos días los medios nos han informado de las perentorias necesidades económicas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Para atender los 43 millones de niños en situación muy precaria, en 63 países en todo el mundo, piden a la comunidad internacional 2.600 millones de euros. Esta importante cifra es, prácticamente, el doble de la que presupuestaron hace tres años.
El enorme incremento nos indica el brutal aumento de conflictos y también las importantes variaciones del tiempo, que genera sequías e inundaciones, a la vez que provoca grandes desplazamientos de población, buscando, simplemente, sobrevivir. Alimentación, atención sanitaria y educación son los tres esos básicos a cubrir.
Según la directora del programa de emergencia de Unicef, Afshan Khan, uno de cada nuevo niños vive en zonas en conflicto donde la posibilidad de morir antes de los 5 años duplica la otros lugares. Las variaciones climatológicas que provocan este caos van desde las zonas con inundaciones, donde viven 500 millones de niños, y las de sequía severa, donde intentan sobrevivir 160 millones más de niños.
A la Cumbre del Clima, celebrada hace menos de dos meses en París, los representantes de 195 países han cerrado un acuerdo mundial que intentará frenar el cambio climático, generador de una parte importante de estas inundaciones y sequías. A estas alturas 187 de los 195 países ya han presentado sus programas nacionales de reducción de emisiones.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), a 21 de diciembre habían entrado a Europa en 2015, más de un millón de personas refugiadas. De estas, los países europeos se comprometieron a acoger 160.000, de los que España sólo lo ha hecho con 18 personas.
Y hablante de España sería bueno recordar que la situación interna no es para tirar cohetes. Según Save the Children, 1 de cada 4 niños está malnodrit y por si fuera poco, ocupa el vergonzoso segundo lugar de la Unión Europea, después de Rumanía, en el ranking de situación de riesgo de pobreza de los niños con uno de cada tres. A propósito de esto, el Ministerio de Educación tiene previsto dedicar, a los presupuestos del Estado de 2.016, 24 millones de euros para material didáctico para los más desfavorecidos. Desde 2.008 se ha reducido la partida en 137 millones de euros.
Decía Oscar Wilde que "la mejor forma de hacer bonos a los niños es hacerlos felices". En nuestra mano está.
El enorme incremento nos indica el brutal aumento de conflictos y también las importantes variaciones del tiempo, que genera sequías e inundaciones, a la vez que provoca grandes desplazamientos de población, buscando, simplemente, sobrevivir. Alimentación, atención sanitaria y educación son los tres esos básicos a cubrir.
Según la directora del programa de emergencia de Unicef, Afshan Khan, uno de cada nuevo niños vive en zonas en conflicto donde la posibilidad de morir antes de los 5 años duplica la otros lugares. Las variaciones climatológicas que provocan este caos van desde las zonas con inundaciones, donde viven 500 millones de niños, y las de sequía severa, donde intentan sobrevivir 160 millones más de niños.
A la Cumbre del Clima, celebrada hace menos de dos meses en París, los representantes de 195 países han cerrado un acuerdo mundial que intentará frenar el cambio climático, generador de una parte importante de estas inundaciones y sequías. A estas alturas 187 de los 195 países ya han presentado sus programas nacionales de reducción de emisiones.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), a 21 de diciembre habían entrado a Europa en 2015, más de un millón de personas refugiadas. De estas, los países europeos se comprometieron a acoger 160.000, de los que España sólo lo ha hecho con 18 personas.
Y hablante de España sería bueno recordar que la situación interna no es para tirar cohetes. Según Save the Children, 1 de cada 4 niños está malnodrit y por si fuera poco, ocupa el vergonzoso segundo lugar de la Unión Europea, después de Rumanía, en el ranking de situación de riesgo de pobreza de los niños con uno de cada tres. A propósito de esto, el Ministerio de Educación tiene previsto dedicar, a los presupuestos del Estado de 2.016, 24 millones de euros para material didáctico para los más desfavorecidos. Desde 2.008 se ha reducido la partida en 137 millones de euros.
Decía Oscar Wilde que "la mejor forma de hacer bonos a los niños es hacerlos felices". En nuestra mano está.
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