Por eso la demanda para hacer valoraciones competenciales y elaborar diccionarios de competencias organizativas, entre otros, ha crecido de manera considerable.
Las competencias son aquellas habilidades, comportamientos, disparos e intereses que están causalmente relacionados con un rendimiento superior.
Ahora queremos desarrollar nuestros equipos al máximo nivel de sus competencias. Pero es realmente necesario? O quizás nos dejamos arrastrar por la creencia de "cuanto más mejor"?
Pienso que la diferencia de rendimiento debido a "el excedente" que una persona puede tener en una competencia, no compensa el que deja de hacer o no hace como la empresa necesita, si en otra competencia no llega al mínimo requerido.
Por lo tanto, continuamos apostando por las competencias pero potenciamos el equilibrio competencial. Algunos pueden pensar que esto es conformarnos con la mediocridad, a pesar de que en realidad, para mí, esto es apostar por la polivalencia, por la flexibilización y la ampliación de los horizontes.