Lunes de noviembre, 21 grados en la calle y muchas citas en horario de tarde en la capital valenciana. El ministro valenciano de Fomento, José Luis Ábalos, vuelve a casa para ofrecer una conferencia en la sede de los empresarios, la Confederación de Empresarios de la Comunidad Valenciana (CEV). Habla de las certezas para garantizar el progreso, justamente lo que los empresarios han pedido recientemente en su último comité ejecutivo.
Claridad y estabilidad política, pero el tema del día es el Brexit. Aplazado hasta el próximo 31 de enero, la programación de dos entidades de relevo de la ciudad pierden actualidad (o no, si saben reconducirse): la Nave de la Universitat de València presenta al economista Ángel Anchuelo a (casi) la misma hora que el acreditado Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación Ernest Lluch celebran el penúltimo Diálogo del ciclo busca de la prosperidad: los desafíos de las migraciones, con el economista Fernando Fernández y la politóloga Sandra León.
León, que mantiene un tono optimista, pone sobre la mesa una idea, siempre a colación del Brexit: "Cuando las identidades son tan intensas, funcionan como filtros de realidad. Tú remainer, yo brexiter", cita.
Inevitable pensar en esa realidad nuestra, en que independentistas y unionistas han entrado también en un espacio de oposición. Fernández tiene ganas de hablar de Catalunya, se nota. En la conferencia, su argumentario es que el contexto actual es fruto de una nueva realidad en que "el imperio conocido se ha acabado y la sociedad actual no sabe muy bien como nos irá en el nuevo mundo. Vale para el Brexit y también para el 'España nos roba', con esa idea del 'nos independizamos y somos ricos'", defiende quién además de profesor del IE Business School es consejero de Bankia, entre otros cargos. Después, entre los saludos al finalizar el acto, no lo podré evitar y le preguntaré en el vestíbulo. "Quería hablar de Catalunya, verdad?". "¡Claro! Es que es un poco lo mismo. El discurso de la tierra prometida", señala. ¿Y cómo influye aquí la economía?¿Piensa que un tipo de concierto vasco lo resolvería?", cuestiono. "Antes, tal vez. Ahora ya no. Y le tengo que decir que yo estoy en contra de los conciertos. ¿Esto supondría que también haríamos un concierto para los madrileños? ¿Y para los andaluces? No, no, no puede ser", mantiene. Me explica más cosas, pero off the record, como suele ser habitual. Callo como buena periodista.
Fernández: "Aquello de los hombres de negro lo acuñó Montoro, creo recordar... eran los tiempos de la crisis"
También con ella haré la repregunta. Me interesa profundizar en aquella dicotomía de la cual habla. "Si, hay muchos estudios que lo avalan. Cuando empezamos a diferenciar entre una identidad y la otra... Está pasando en el Reino Unido y ahora también en Catalunya". Antes, en el diálogo, León se cuestiona si podríamos revertir el populismo. "Tener un programa político que se base en un ideal siempre es fuente de frustraciones porque alimenta la desafección, que es la que nutre los populismos". Fernández asiente. Coinciden poco pero.
León: "Cuando empezamos a diferenciar entre una identidad y la otra... Está pasando en el Reino Unido y ahora también en Cataluña"
A la misma hora que este debate se celebra, la biblioteca Gregori Maians del centro en el que estudié, la Universitat de València, acoge una charla del político republicano Joan Tardà acompañado por el sociólogo Rafa Xambó y organizado por el Bloc d'Estudiants Agermanats (Bea). Hablan sobre derechos y libertades en el Estado español. A las puertas de la sala donde tiene que hablar, un grupo de fascistas integrantes de España 2000 lo insultan e increpan. No lo quieren dejar entrar y además, se vanaglorian en Twitter de su gesta.
Sólo hay tres kilómetros de distancia, un paseo de 10 minutos a pie por el viejo cauce del rio Turia, entre esta sala de la Fundación Bancaja y la biblioteca universitaria donde Tardà está explicándose. Y aquí estábamos hablando de Brexit.